
Sin querer mermar el saber de ambos astrofísicos, confío más en la NASA. Recordemos que desde hace milenios siempre han venido anunciando el fin del mundo legiones de profetas, predicadores, charlatanes, videntes y toda esa caterva de personajes para quienes las religiones sólo son campo abonado para la superstición y la superchería. Científicamente se calcula que el planeta Tierra desaparecerá con el sistema solar dentro de cinco mil millones de años.
Los astrofísicos mencionados pueden exhibir sus estudios acerca del asteroide que presuntamente amenaza a la tierra, pero sus datos han sido revisados y corregidos por la importante agencia norteamericana de investigación espacial, la NASA. Es cierto que constantemente estamos siendo bombardeados por meteoritos, que se incendian al penetrar en la atmósfera y no causan daño. Puede ocurrir que uno de los trozos del meteorito sea un poco más grande, como una piedra. El 20 de junio de 1994, en Madrid, un ciudadano se llevó un tremendo susto, cuando un mineral rompió el parabrisas de su coche. El hombre sólo sufrió una herida leve en el brazo. Se dio cuenta en seguida de que era un meteorito y se lo entregó a la policía, que a su vez lo trasladó al Museo de Ciencias Naturales.
Peor fue lo ocurrido en Rusia hace 100 años. Como una bola de fuego cayo en Siberia un asteroide, el Tunguska. La explosión destruyó la taiga (bosque) en un área de varios centenares de kilómetros cuadrados. Famosos son los asteroides que cayeron en Yucatán, cambiando por completo el paisaje en el jurásico. Otro enorme meteorito es hecho responsable de la extinción de la vida en la tierra y la extinción de los dinosaurios hace unos 85 millones de años. El ser humano aún no había nacido, estaría en la horma simia o de cualquier otro animal.
Para que no se produzca la colisión del asteroide está además la consideración de que Venus con su masa puede desviar la trayectoria del asteroide (bautizado con el nombre griego “Apofisi”, tradución de Apawrí, el dios egipcio de la muerte).
Ante estos sobresaltos ¿no cabe esperar que la NASA, Moscú y Pekín colaboren estrechamente para construir un “escudo nuclear” que destruya cualquier asteroide que en el futuro ponga rumbo a nosotros?
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