“Marca blanca”. = Una “marca blanca” es un producto sin marca conocida, lo que en los países anglosajones se conoce como artículo: “no name”, es decir “sin marca”. Normalmente, suelen ser fabricantes conocidos los que producen esos “genéricos” para sus clientes y lo hacen con la marca propia de la cadena de hipers o de supermercados que les compran la mercancía y la comercializan como marca de la casa. El fabricante cobra menos por sus productos, pero tiene así garantizada un importante volumen de negocio, sin mayores gastos para su empresa, en los numerosos puntos de venta del distribuidor. Con lo cual, todos contentos.
El nombre “marca blanca” tiene su origen en el envasado blanco, sin logotipos, con el que ese tipo de productos se distinguían de los demás cuando éstos hicieron su primera aparición, hace ya bastantes años, en las estanterías de las cadenas de distribución (grandes superficies, etc.). En un principio se trataba de productos de primera necesidad como arroz, pasta, galletas, leche, etc., pero, entretanto, se ha ampliado la gama a otro tipo de artículos como cosmética, droguería, papelería, cárnicos, etc.- Las “marcas blancas”, al no tener ningún gasto publicitario, tienen una excelente relación precio-calidad y el cliente, entretanto, ya se ha dado cuenta de que comprando una “marca blanca” se ahorra el enorme costo que origina todo el proceso de marketing de una primera marca y que aumenta considerablemente el precio de venta al público de cualquier artículo que se venda bajo la marca original. Por cierto, es fácil enterarse del nombre del fabricante de las “marcas blancas” consultando Internet.
Las “marcas blancas” tardaron en nuestro país un cierto tiempo en ganar la confianza del público. Sin embargo, en la actualidad España se ha convertido en el país europeo que más marcas blancas consume. En el pasado año, España, con una tasa de ventas del 32%, desplazó a Alemania del primer puesto en el ranking de ventas de “marcas blancas” en Europa. Probablemente haya jugado un gran papel la crisis económica que obliga al consumidor a mirar mucho más el euro que antes. De hecho, muchas familias sobreviven en estos difíciles tiempos gracias a este tipo de productos que les permiten llegar a fin de mes con algo menos de estrecheces. Así, el diario “El País” publicaba el 8 de octubre de 2010 bajo el título “Nos hemos hecho un máster en marcas blancas" - Tres parejas explican cómo hacen su día a día para salir adelante con sueldos bajos” un interesante artículo de Fernando Navarro sobre el tema. Seguro que este cambio en nuestros hábitos de consumo seguirá, aunque lleguemos a superar la crisis actual. En Alemania, por ejemplo, nadie se extraña de ver a elegantes damas ataviadas con un estupendo abrigo de visón comprando en supermercados populares, pero con un excelente surtido, como LIDL o ALDI.
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