
En septiembre de 2010 comenzó la sexta temporada, ambientada en 1955. Tengo que expresar mi decepción por el bajón que ha experimentado la serie. Permanece el bar de “El Asturiano”, como epicentro de todas las tramas que, de una u otra medida, confluyen en ese bar de barrio humilde madrileño. Los actores del bar son los mismos, pero se pierden y hacen perder tiempo en insulsas discusiones, lo mismo que es insulsa la mayor parte de las tramas carentes de intriga y cuando, por fin, salta una chispa de emoción es inmediatamente apagada por absurdas escenas y amores más propios de una novela rosa. Lo político, en general, casi ha desaparecido. Hay personajes que ocupan mucho lugar en el episodio y que serían perfectamente prescindibles: por ejemplo, la familia de la portería. Si no le dan más impulso a la serie, puede que no pueda mantener la cuota de pantalla actual.
Desde el pasado 24 de enero, también en TVE 1, todos los lunes a las 22.15 horas se emite otra serie de “memoria histórica”: “La República”. Seguro que será también un éxito. Como era de esperar, círculos próximos al PP se han indignado y protestado enérgicamente contra la serie y contra el Director General, señor Oliart.
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