Pincelada: La bola de cristal

No tener una bola de cristal. = Esta expresión se utiliza para dar a entender que no se sabe lo que sucederá en un momento determinado, que no se puede predecir el futuro.

La bola de cristal se utiliza desde la Antigüedad, al parecer desde el antiguo Egipto, para ver el futuro. Se dice que también los mayas y los druidas celtas usaron cristales para adivinar acontecimientos. Al parecer, también el legendario mago Merlín (un buen druida) se servía de ella para realizar sus predicciones y aconsejar sabiamente al Rey Arturo de Camelot. Pero fue a partir de la Edad Media cuando “magos”, gitanos y todo tipo de videntes pusieron de moda las bolas de vidrio o cristal como instrumento para la adivinación en ferias y mercadillos. Desde entonces es común asociar la bola de cristal con las prácticas de brujas y adivinas, pues estamos hablando de uno de los métodos de predicción más utilizados en todo el mundo.

Aunque se sabe que muchos alquimistas y astrónomos de renombre, como por ejemplo el Dr. John Dee (1527 – 1608), conocido sobre todo por ser el consejero de la reina Isabel I de Inglaterra, también utilizaban una bola de berilo para sus investigaciones. Al principio, ese tipo de bolas eran todas de berilo. Los montañeros escoceses las denominaban “piedras de energía”. Más tarde se pasó a utilizar el cristal de roca al ser éste más transparente, más diáfano. El reflejo de la luz, al proyectarse en la esfera, hace que aparezcan una especie de nubes onduladas de colores que el vidente interpreta a su manera.

En una época en la que todo lo esotérico sirve para evadirse de la cruda realidad, han proliferado los charlatanes que ofrecen sus servicios como adivinos en periódicos, en la televisión o por Internet. Los incautos clientes que creen en esas supercherías y caen en sus manos, lo único que tienen que tener bien claro sobre la “clarividencia” de esos pronosticadores profesionales del futuro es que van a ver aligerados sus bolsillos a cambio de algunas frases más o menos precisas. Generalmente, este tipo de embaucadores saben mucha gramática parda, son bastante intuitivos y tienen mucha labia, por lo que son capaces de sonsacar a sus “víctimas”, sin que éstas se den cuenta, sobre vivencias, fobias, etc. para hacerles creer luego que han sido ellos, gracias a su maravillosas dotes de videncia, quienes han sido capaces de adivinar esos sucesos o temores. Así que mucho ojo, que hay mucho sinvergüenza suelto dispuesto a ganar dinero a costa de la ingenuidad de la gente.