viernes, 25 de febrero de 2011

Pincelada: Ser un vampiro

Ser un vampiro. = (fig.) Esta denominación empleada para describir a una persona abyecta que se enriquece a base de aprovecharse de la necesidad de los demás (o sea el malvado y odiado usurero) tiene su origen en el mito del vampiro chupasangre conocido en todas las culturas desde tiempos inmemoriales. En realidad, el vampiro es el nombre popular que se le da al murciélago, un volador más bien repugnante que se alimenta de la sangre de otros animales. La procedencia de la palabra no es del todo clara, aunque parece que procede de algún idioma eslavo. Se la relaciona con el vocablo búlgaro “Vapir” que procede de un dialecto macedonio y significa “ser alado”. En efecto, la figura del vampiro y la presunción de su existencia está anclada en muchas de las sagas del sureste europeo, abarcando incluso algunos lugares de Grecia. En esas leyendas se habla de no-muertos que duermen de día y reviven por la noche. Están provistos de largos colmillos que hincan en el cuello de sus víctimas ocasionándoles dos profundos orificios en la zona yugular, a través de los cuales chupan la sangre de sus víctimas (que al cabo de un cierto tiempo se convierten también en vampiros). La única forma de defenderse contra ellos serían el ajo, el agua bendita y los crucifijos. Y para deshacerse de él, el único método sería clavarle una estaca en el corazón. Apoyándose en esos mitos, el escritor Bram Stoker creó en 1897 la figura del conde Drácula, en quien siempre tenemos que pensar cuando se toca el tema de los vampiros. Stoker se inspiró en una figura real, el duque rumano Vlad III (Draculea), más conocido como Vlad el Empalador, que acostumbraba a empalar a sus enemigos y recoger su sangre en cuencos para después beberla. Tres décadas más tarde, Drácula se haría efectivamente inmortal gracias al cine. Numerosos actores han encarnado el papel del conde-murciélago desde los inicios del cinematógrafo. Bella Lugosi fue uno de ellos, pero sin duda el mejor intérprete de este siniestro ser legendario ha sido el británico Christopher Lee, quien llegó a ser identificado con la maligna criatura.

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