jueves, 7 de noviembre de 2019

PINCELADA: La Casa-Museo Antonio Machado






El pasado domingo llegué a eso de las 12 a Segovia procedente de Valladolid.  El tiempo era bastante soleado, así que dejé la maleta sin deshacer en mi alojamiento, en pleno centro de Segovia, y dirigí mis pasos a la Casa-Museo de Antonio Machado, relativamente cerca del Restaurante El Bernardino que mi casera me recomendó para el almuerzo y donde, por cierto, comí pésimamente por el precio. Tenía tiempo de sobra puesto que La Casa-Museo cierra los domingos a las 15 horas.

Estaba muy emocionada porque mi difunto marido y yo hemos adorado la obra de Machado desde siempre y no hay tampoco que olvidar que ésta es, nada más y nada menos, la única Casa-Museo del poeta que se conserva en España. Manuel y yo habíamos ya visitado en más de una ocasión, con motivo de nuestras vacaciones y alguna comida por esa zona, la tumba del poeta en Colliure, muy cerquita de Perpiñán, ciudad donde vivían mis tíos maternos desde 1931. Una tumba preciosa dentro de su sencillez, ornada con la bandera republicana y en la que nunca faltan flores frescas.
 
Sita en la calle de los Desamparados, en pleno casco antiguo de Segovia, la humilde vivienda que Antonio Machado (26 de julio de 1875 - 22 de febrero de 1939) habitó desde 1919 a 1932 es tan pequeña que se puede recorrer enterita en media hora sin perderse detalle. Por aquel entonces era una pensión en el primer piso de la finca y, a juzgar por las pocas fotografías que quedan de la época, dudo mucho que fuese tan bonita como la casita actual, reformada y amueblada de forma sencilla pero bastante confortable.
 
Machado había ganado una plaza de profesor de francés en un instituto de la ciudad. Al parecer, la patrona del alojamiento era una señora viuda con dos hijas, cuyo único medio de subsistencia era la casa de huéspedes que regentaba. Tenía en total tres huéspedes, Machado y otros dos más, ambos funcionarios. Pagaban 3,50 pesetas al día por la pensión completa. Machado sólo vivía allí entre semana. Los fines de semana los pasaba en Madrid, a donde se trasladaba en tren.
 
Esta vivienda y sus enseres domésticos nos dan una idea de cómo pudo haber sido el día a día de la vida de Machado en una casita típica segoviana de finales del siglo XIX/ principios del siglo XX.
 
Machado, junto con otros intelectuales de la ciudad, fundó la Universidad Popular de Segovia, de la que fue nombrado director honorario en 1927. La misma que compró esta casa y la reformó. En el año 1951 se compró el piso; en 1959 los muebles de la habitación y del comedor; en 1974 se compró la totalidad de la finca, y, no hace mucho, lo que es el patio trasero de la casa. La Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, antigua Universidad Popular, sigue siendo la propietaria del museo.
 
La casa, muy modesta, como la mayoría de las de aquella época, sobrevivió bastante bien a los embates del tiempo. Conserva intocados los patios, los muros, la práctica cocina económica, el pasillo, el comedor común y su habitación, que incluye una estufa de petróleo que, al parecer, le regaló su hermano Manuel para que calentase su cuarto cuando más arreciaba el frío segoviano. En la casa tampoco podía faltar la referencia, aunque sólo sea en una vitrina, a Pilar de Valderrama, “Guiomar”, apodo que le puso  Antonio Machado nada más conocerla, musa y gran amor del poeta.
 
Según la Oficina de Turismo, el año pasado se contabilizaron 18.932 visitas al Museo. Y este año, en el que se celebra el centenario de la llegada de Machado a Segovia, la Casa-Museo ya ha recibido más de 9.000 visitas., casi todas de foráneos. Según se quejaba amargamente una empleada de la Oficina de Turismo, pocos segovianos se acercan hasta allí y muchos no saben ni siquiera dónde está. ¡Una auténtica pena tratándose de uno de nuestros más grandes poetas!
 
Información (horarios de apertura, visitas guiadas, etc.):
Casa de Antonio Machado
Calle de los Desamparados, 5
Tel. 921 46 03 77
 
Margarita Rey
 
 

RECUERDOS DE MI MANUEL





Nuestra lengua

“Tren Botijo”. = Se llamaba así a un tren que, en verano, unía la capital con ciudades costeras como Alicante. Hacía innumerables paradas en el trayecto. Lo de botijo es debido a que la gente solía llevar como parte de su equipaje un botijo para calmar la sed durante el viaje.

“Ser como la espada de Bernardo que ni pincha ni corta” = La frase alude a Bernardo del Carpio, caballero que, luchando contra los moros en Roncesvalles, golpeó su espada contra una roca y la dejó sin filo. Cuando alguien “ni .pincha ni corta” es que no es importante, que no tiene ningún poder de decisión.

“Naranjas marca Claro de Luna”. = Naranjas robadas durante la noche, para venderlas al margen de los mercadillos.

“Manda uebos” = La necesidad obliga. No tiene nada que ver con los huevos de la gallina o con los bajos masculinos. Del latín Opus, "uebos" significa necesidad. El popular “manda huevos” es sólo una distorsión de “manda uebos.

“Quien con niños se acuesta, mojado (cagado) se levanta” = Quien trata con inmaduros, no puede extrañarse si sale perjudicado.

“Donde hay patrón, no manda marinero” = Solamente el jefe puede dar ordenes.

“El hábito no hace al monje” = No hay que fiarse de las apariencias. El aspecto exterior no dice nada de la clase social de la persona. Similar: “Las apariencias engañan”.

“Quien bien te quiere, te hará llorar” = Sólo los familiares o los buenos amigos te dicen la verdad (aunque ésta no sea agradable).

“Carpanta”. = Hambre violenta. Figura de un tebeo (comic), que fue muy popular en la posguerra. Es un pobre hombre siempre hambriento. Cada vez que consigue comida (generalmente un pollo asado, algo que sólo se podían por aquel entonces permitir los ricos) suele ser un sueño, una imaginación o alguien le impide comer.

“Ser un tocahuevos”. = (col.) Alguien que fastidia o molesta con constantes quejas infundadas.

Manuel Moral (✝ 24.04.2017)


 

PENSAMIENTO




 
 
“Cuanto más corto se hace el futuro,
más rápido pasa el presente”.

M.M.

 


lunes, 21 de octubre de 2019

PINCELADA: Tarde de cine





Ayer, conseguí sacudirme de encima esa galbana que me embarga los domingos por la tarde y me encaminé al Centro VIALIA para ver una de las películas más exitosas del momento: “Mientras dure la guerra” de Alejandro Aménabar, basada en los acontecimientos que tuvieron lugar en el verano de 1936. Cuenta las dudas del intelectual Miguel de Unamuno y su valentía al exponerlas públicamente en aquellos momentos convulsos.
 
Yo, que nací bastantes años después de finalizar la Guerra Civil, debo todas mis sabidurías sobre esa contienda fratricida a dos obras que llevan el mismo nombre: “La Guerra Civil Española”. La primera, escrita por el historiador inglés, Hugh Thomas, traducida y publicada por la mítica Editorial Ruedo Ibérico, y la segunda, el gran trabajo del conocido Hispanista inglés, Paul Preston. Por supuesto, también a algunos relatos de mis tíos que, aunque vivían en Francia cuando comenzó la contienda, fueron llamados a filas en 1936 y volvieron a España para defender la República. Sin embargo, hastiados de los desmanes anarquistas, desertaron del bando republicano y regresaron a Francia por los Pirineos medio año antes de que finalizase la guerra.
 
Hacía décadas que no iba a un cine de verdad. Pero, tras los elogiosos comentarios de algunos amigos de Facebook, tenía mucha curiosidad por ver con mis propios ojos ese filme y , la verdad sea dicha, no me decepcionó.
 
Dejando a un lado las licencias históricas de Aménabar (incluso la conocida frase “venceréis, pero no convenceréis” parece ser que no se ajusta exactamente a la realidad. Ni tampoco el grito de Millán-Astray: que fue realmente “¡Mueran los intelectuales traidores!” y no, como se le atribuye “¡Viva la muerte!), lo cierto es que la ambientación (exteriores e interiores) y la fotografía son soberbias. Todos los actores, a la cabeza Karra Elejalde, irreconocible en el papel de Unamuno (hasta ahora yo sólo recordaba haberle visto en papeles cómicos, como en “8 apellidos vascos” y en los anuncios de “La gula del Norte”), y Eduard Fernández, interpretando a Millán-Astray, están francamente sublimes. Aunque a mí el que menos me gustó fue Santi Prego, que da vida a Franco. Me pareció demasiado humano. Eso sí, la voz del futuro Generalísimo está muy conseguida.
 
Pero lo que verdaderamente me puso los vellos de punta fue el discurso de Unamuno en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, que he tomado prestado de Wikipedia y que comienza así:
 
“Ya sé que estáis esperando mis palabras, porque me conocéis bien y sabéis que no soy capaz de permanecer en silencio ante lo que se está diciendo. Callar, a veces, significa asentir, porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia. Había dicho que no quería hablar, porque me conozco. Pero se me ha tirado de la lengua y debo hacerlo. Se ha hablado aquí de una guerra internacional en defensa de la civilización cristiana. Yo mismo lo he hecho otras veces. Pero ésta, la nuestra, es sólo una guerra incivil. Nací arrullado por una guerra civil y sé lo que digo. Vencer no es convencer, y hay que convencer sobre todo. Pero no puede convencer el odio que no deja lugar a la compasión, ese odio a la inteligencia, que es crítica y diferenciadora, inquisitiva (mas no de inquisición). Se ha hablado de catalanes y vascos, llamándoles la antiespaña. Pues bien, por la misma razón ellos pueden decir otro tanto. Y aquí está el señor obispo [Plá y Deniel], catalán, para enseñaros la doctrina cristiana que no queréis conocer. Y yo, que soy vasco, llevo toda mi vida enseñándoos la lengua española que no sabéis. Ese sí es mi Imperio, el de la lengua española que no sabéis”
 
En ese momento, no pude evitar que las lágrimas fluyeran como un río por mis mejillas y continué así hasta el final de la película. Aunque no fui la única: a más de una espectadora le sucedió lo mismo que a mí. Por cierto, me llamó la atención que la mayor parte del público fuera mayor de 60 años y dos tercios de él, mujeres.

Aménabar nos muestra a un Unamuno desconocido, un intelectual lleno de dudas y contradicciones, muy humano. Un republicano católico que, desencantado de la política de la República, da su apoyo a Franco y que, reconociendo su equivocación, decide tener la valentía de pronunciar su famoso -y último- discurso en público para denunciar la brutal e indiscriminada represión por parte de la Falange y las tropas de Franco a señalados republicanos.
 
Conclusión: Una gran película que nadie, sea cual fuere su ideología, debiera perderse, y más, en los tiempos que corren.
Margarita Rey
 
 
 

RECUERDOS DE MI MANUEL


 
 

UNOS APUNTES: INSTITUTO BACHILLER SABUCO


Para mí, el Instituto, que en aquellos ya remotísimos tiempos, se llamaba de Enseñanza Media, es el único referente que ha quedado en pie del Albacete de mi adolescencia. Cuando retorné a esta ciudad, totalmente inadaptado por el brusco cambio de la alpina capital de Baviera (Alemania), Munich, a esta entretanto importante ciudad industrial, Albacete, me gustaba acercarme al Instituto, mirar los ventanales del segundo piso a la derecha, donde teníamos las clases de matemáticas y de latín, recorrer con los ojos toda la estructura del magnífico edificio y asomarme a la espléndida entrada, por donde entraban y salían los (las) jóvenes estudiantes, plenos de presente y pletóricos de futuro. Entonces me creía uno de ellos, en mi primera juventud. Veía mi pasado como un sueño fugaz.
 
El salón de actos del Instituto Bachiller Sabuco era para nosotros, los alumnos del montón, algo así como un lugar reservado a los dioses del Olimpo, lo mismo que la escalinata, presidida por un reloj de pared, que nos estaba vedada: nosotros teníamos que acceder al piso superior por las escaleras del “servicio”, que también conducían a los servicios. Los chicos por sus escaleras a la izquierda, según se entra en el edificio, y las chicas a la derecha – ¡Qué morbo emanaba de aquel lugar, al que sólo unos pocos osados se atrevían a asomarse! ¡Qué sorpresa cuando leímos una vez las pintadas y dibujos de las niñas en sus servicios!

Yo no me encuentro en Albacete. Por todas partes veo mi Albacete, el Albacete de la Era de la Jaula, detrás de la clínica del Rosario (que era un hospital para los militares de la Base de Los Llanos), allí donde ahora discurre la concurrida calle del arquitecto Vandelvira, allí por donde yo iba en mi bici a las Casas Baratas (hoy Fátima), a ver a una alumna, hermana de unos amigos y compañeros del Instituto, de la cual estaba enamorado platónicamente. Aquel era el Albacete, rodeado de campos de trigo y cebada, de huertas con balsas y algunas con piscinas. La hoy pequeña gran ciudad, en la que no me encuentro, tampoco encaja en los recuerdos que he cultivado durante décadas en la lejana Baviera. Y es que cometo un error: yo superpongo mi Albacete de entonces al Albacete de hoy, cuando en realidad lo que está superpuesto es el Albacete de aquí y ahora a aquel Albacete que ya no existe y por eso pertenece al mundo de los fantasmas, de los recuerdos. Pero el Instituto es una excepción. Aquí está nuestro instituto como diciendo: “no todo se ha perdido, aquí me tienes a mí que comprendo tu nostalgia”. “Lo único que me entristece un poco –añade- es el parque, nuestro, vuestro Parque, donde os escondíais para fumaros clases, entre ellas la temida de matemáticas”.
 
En efecto, así era. Pero el Parque, que era un auténtico bosque silvestre, un denso pinar, es ahora un jardín con muy poco arbolado y alguna cursilada que otra. Por allí nos sorprendía sigilosamente don Francisco Pérez, el mejor catedrático de matemáticas del Instituto, que nos reconducía como ovejas descarriadas a clase. Don Francisco Pérez era admirado y temido, pero quienes tuvimos la suerte de hacer amistad con él cuando estudiábamos la carrera, hallamos en él un pozo de sabiduría. Era un hombre renacentista, como también era un renacentista mi propio padre. Para mí, el Instituto no existe sin el recuerdo de don Francisco, que siempre fue mi gran referente cuando pensaba desde la lejanía en aquel edificio, a cuyas espaldas se desparramaban humildes, pero muy blancas casitas obreras, campesinas y gitanas. Cada vez que me encuentro en el Instituto regreso a la adolescencia con sus sueños y temores.
 
Mi consejo a los jóvenes estudiantes de hoy en esa institución: Vivid intensamente el presente, el aquí y ahora, para que vuestro futuro se vea enriquecido por el recuerdo, por la memoria, para que deis nueva vida a vuestro pasado, que es el único don que nos deja cronos, el tiempo, que devora a sus hijos.
 
Albacete, mayo 2005

Manuel Moral (✝ 24.04.2017)
 
 
 
 

PENSAMIENTO







“Amar por encima del tiempo y de la distancia 
es convertir el presente en un manantial de esperanza”.

M.M.
 
 
 

 


domingo, 30 de junio de 2019

UNA VISITA AL PARQUE


 



El pasado 19 de junio de 2019, en un acto organizado por “Albacete Concejo Abierto”, grupo al que tengo el honor de pertenecer, se propuso para ayer sábado una visita por el Parque Abelardo Sánchez con dos expertos: PRUDENCIO LÓPEZ FUESTER y PABLO LÓPEZ ARACIL. Y estos guías de lujo, a los que desde aquí doy las gracias por hacernos partícipes de su saber, no nos defraudaron. Desgraciadamente, su descripción apocalíptica del deplorable estado en el que se encuentra el emblemático pulmón de nuestra ciudad, es como para ponerle a uno los vellos de punta.
 
Se da la circunstancia de que la mayoría de los pinos proceden de la primera plantación en el año 1911. Ante el auge económico de la ciudad y el enorme crecimiento de la población, el pleno del Ayuntamiento decidió en 1910 la creación de un parque de recreo para los ciudadanos que se inauguró al año siguiente.
 
Además de cuatro mil árboles de diferentes clases como acacias, plátanos, olmos, cerezos, sóforas, catalpas, aligustres, etc., en un terreno de 12 Ha. en los lindes de la ciudad (actualmente en pleno centro) se plantaron sin ton ni son unos doce mil pinos, apretujados los unos junto a los otros, sin prácticamente espacio para que sus raíces arraigaran bien en la tierra. Sin olvidar las podas excesivas desde el mismo 1911. Por eso, en el 2001, el Consistorio presidido por Manuel Pérez Castell inició la tala de 400 pinos enfermos, de los cuales ante la polémica y el rechazo de algunos grupos y asociaciones, azuzados por la oposición, sólo se abatieron 378. Finalmente, el Parque fue reinaugurado a finales de 2002. Me acuerdo muy bien del hecho porque mi marido y yo hacía poco tiempo que habíamos trasladado nuestra residencia definitiva de Múnich a Albacete. Por cierto, a mi marido no le gustó nada el nuevo “look” de “su” parque, calificándolo de jardín “kitsch”.
 
Bromas aparte, lo cierto es que la tala fue obviamente más que insuficiente. Y la visita guiada por el parque de ayer así lo demostró. Según la sobrecogedora opinión de López Fuster y López Aracil, la mayoría de pinos están dando las últimas boqueadas. Debido a la falta de espacio entre unos y otros, los pinos y demás árboles no sólo no disponen de raíces profundas, sino que -buscando la luz del sol- han crecido en demasía o están contrahechos. También hay cantidad de árboles fallecidos que no se sabe demasiado bien cómo se mantienen todavía en pie. Dada la gran densidad de plantación, los pinos no han podido crecer en condiciones naturales favorables. Ello les ha hecho proclives a todo tipo de enfermedades. Incluso, al lado del Museo Arqueológico, se puede ver un antaño hermoso ejemplar “asfixiado” por un cable que se le colocó, probablemente para sujetar algún foco, y que fue simplemente olvidado. Porque los árboles, claro, no son seres vivos. Por todo ello y por su avanzada edad, se puede decir que la mayoría (me pareció oír el 90% ) se encuentra ya en la recta final de sus vidas y están destinados a desaparecer.
 
Árbol estrangulado
Está cantado que, debido a ese pinar avejentado y malformado, los peligros que acechan a los ciudadanos de Albacete que se acerquen al parque son varios. En primer lugar, la posible caída de alguno de esos árboles envejecidos (o ya muertos) cuando el viento arrecia, cosa que ya sucedió el pasado 31 de diciembre. Otro gran riesgo es la todavía más dramática posibilidad de que un rayo pueda algún día caer sobre alguno de ellos originando un incendio y, ante la sequedad de su madera, no sólo que éste pueda propagarse con rapidez, sino que las chispas puedan llegar a saltar a los edificios que rodean el Parque causando daños de dimensiones catastróficas.
 
Conclusión: Es absolutamente necesario planificar una regeneración del Parque, con una replantación de forma adecuada e intercalando árboles de distintas especies. Una regeneración que tendría que acometerse poco a poco, de inmediato y a medio y largo plazo. Se presupone que en ella debería también participar activamente la ciudadanía.
 
Hay que mencionar que el 28 de febrero de este año, se aprobó (por cierto, con los votos en contra del PP y la abstención del PSOE) en el pleno la propuesta de Ganemos Albacete para elaborar un plan de regeneración del Parque Abelardo Sánchez, que permita conocer en qué estado se encuentra el "pulmón" de la ciudad y mejorar su situación.

Es pues un buen momento para transmitir esta propuesta al nuevo Consistorio con el fin de llegar a un consenso sobre cuáles deberían ser las medidas a tomar (trabajos de saneamiento y mejora del Parque, cursillos de formación para los jardineros, optimización del regadío) para devolver al Parque Abelardo Sánchez la imagen y el sentido como zona lúdica que fueron el motivo de su creación.
 
Citando al miembro de nuestro grupo, nuestro querido ecologista José Julio del Olmo: “Es responsabilidad de todos, protegerlo, mejorarlo y, en definitiva, conservarlo para las siguientes generaciones”. Y yo añado: Porque Albacete y sus ciudadanos se lo merecen.
Margarita Rey
 
 
 
 

 

NUESTRA LENGUA






Vale más un coño a tiempo que un Avemaría mal rezado
 
La expresión quiere decir que, cuando se quiere acabar de una vez por todas con una situación embarazosa o desagradable, es a veces mejor pegar con el puño encima de la mesa y mostrarse firme que achantarse y sentarse a esperar sin hacer nada (a que todo se solucione por sí solo).
Fue la frase utilizada por el político vasco Ignacio Anasagasti para comentar el famoso “¡Por qué no te callas!” del Rey emérito don Juan Carlos al Presidente de Venezuela Hugo Chávez en la XVII Cumbre Iberoamericana (Santiago de Chile, 10 Noviembre 2007).


 
 
 
 
 
 

PENSAMIENTO









 En la soledad, los pensamientos
se convierten en sombras chinescas.
M.M.
 
 

 

 

lunes, 18 de febrero de 2019

RECUERDOS DE MI MANUEL/ Nuestra lengua: Qué español?






La creciente afluencia de profesionales de Radio y Televisión, así como de profesores de español hispanoamericanos a Europa está planteando un interesante problema, que no se presenta, por ejemplo, en Estados Unidos, donde, por la relativa vecindad geográfica y la numerosa población de “hispanics”, lo hispanoamericano es la referencia más directa con el español para el norteamericano medio. En USA, los locutores y “anchormen” de las emisoras en español son exclusivamente hispanoamericanos. También en Alemania se está dando ya un fenómeno parecido. La mayoría de los colaboradores de la “Deutsche Welle” (“La Voz de Alemania”) y de otras emisoras alemanas que emiten algún espacio en castellano, son asimismo de Hispanoamérica. Hay ya incluso conocidos hispanistas que afirman en serio que el español peninsular es anticuado.

El problema es nuevo en Europa, y dentro de Europa en Alemania, donde hasta hace sólo unas décadas el español que se enseñaba en los centros de idiomas era exclusivamente el peninsular. Hoy puede decirse que en algunas instituciones de enseñanza de lenguas, como las “Volkshochschulen” (Universidades Populares), son mayoría los docentes de español latinoamericanos, no porque escaseen españoles con la suficiente preparación didáctica, sino por motivos económicos: el profesor latinoamericano es menos exigente y más barato que el español, que como ciudadano de la Unión Europea, tiene los mismos derechos laborales y salariales que los nacionales del país europeo en que residen, en este caso concreto Alemania.

En mi exposición voy a referirme en lo sucesivo a Alemania, que es el país donde vivo y por lo tanto observo directamente el fenómeno. Para no despertar los consabidos recelos, apuntaré de entrada que español es todo lo que se habla en el ámbito de la cultura hispánica y que ningún país hispanohablante puede monopolizar cuál sea el mejor español. También es cierto, como apuntaban eminentes académicos como don Fernando Lázaro Carreter, que el español ya no es patrimonio exclusivo de nosotros, los peninsulares. Dicho esto, habrá que plantearse la cuestión de qué es español y de qué español habrá que enseñarse a los extranjeros para no imbuirles una jerigonza ininteligible tanto en España como en cualquier país latinoamericano. A mí, personalmente, me parece absurdo que a un alemán se le enseñe el americanismo “tacho” y que no sepa que el tacho en castellano de España es el cubo de la basura. También es un galimatías que los alumnos alemanes aprendan indistintamente el voseo, el tú y el uso del usted en algunos países latinoamericanos, lo cual sucede cuando se turnan en la enseñanza profesores colombianos, peruanos, chilenos argentinos y españoles.

Español es todo lo que se habla en el ámbito que hemos dado en llamar hispánico. Tan español es “guisante” como “arveja” (“arvejita” en Perú), “falda” y “pollera”, “grifo” o “caño” (Perú), con la peculiaridad añadida de que muchos de los llamados americanismos son en realidad palabras arcaicas castellanas, que ya no se usan en España o sólo se oyen en un ámbito dialectal muy reducido. En cuanto a “arveja”, del latín “ervilia”, el DRAE la recoge en primera acepción como “algarroba”. Las consecuencias concretas de esta confusión de vocabulario que puede creársele al estudiante extranjero de nuestra lengua al confrontarlo, sin previo aviso, con las más diversas variantes del español, pueden resumirse en una anécdota, vivida por un amigo mío alemán, que había estudiado español con una profesora colombiana. De visita en Madrid, entró en un café y pidió una taza de tinto. El camarero, con sorna, le preguntó: “¿Es que en su país beben ustedes el tinto en tazas?” Por supuesto, mi amigo quería una taza de café.

Creo que todas las instituciones españolas, cuyo cometido es la difusión y fomento del español en el Exterior, entre ellas muy principalmente las Consejerías de Cultura y los centros del Instituto Cervantes deberían tomar cartas en el asunto para atajar lo que, si se deja descontrolado el proceso, bien podrá convertirse en una Torre de Babel española en Europa. Sería conveniente que estas instituciones estudiaran el asunto a fondo con las respectivas asociaciones de profesores de español e incluso con las autoridades de los países europeos responsables de la enseñanza de lenguas en centros oficiales.

Y naturalmente es necesario que los propios centros del Instituto Cervantes prediquen con el ejemplo, estableciendo para sí mismos unas normas claras en cuanto al profesorado idóneo para impartir clases de español y las normas que habrán de seguirse para hacer más homogénea la enseñanza de nuestra lengua en el caso de que en su profesorado también figuren docentes latinoamericanos.
 
No se trata de discriminar, sino de aplicar lo que el ya mencionado Filólogo y antiguo Director de la Real Academia de la Lengua, Lázaro Carreter, refería de sí mismo. Sin dejar de ser maño, Lázaro Carreter se esforzó por aprender un castellano estándar cuando se decidió a dedicarse a la enseñanza del español. No va a exigirse que el docente latinoamericano falsifique su pronunciación y abandone su seseo, pero sí es preciso que conozca y explique a sus alumnos extranjeros el correcto sonido en castellano de la “z” y de la “c” con este valor fonético. La sintaxis, la prosodia y la morfología son elementos fundamentales de cualquier idioma. Es cierto que estos elementos no son siempre iguales, ni en España (donde hay numerosas variedades regionales: Andalucía, Extremadura, La Mancha...) ni mucho menos en Hispanoamérica, donde cada nación tiene sus propias variantes sintácticas, prosódicas y morfológicas, y donde dentro de cada país hay millares de diferencias locales. En este orden de ideas, me parece absurda la opinión expresada en una entrevista por una profesora argentina de español en Alemania que incluso reivindicaba la enseñanza en sus clases del habla de Buenos Aires.
 
En mi opinión, la solución más razonable sería que se llegara a un acuerdo sobre un español “normativo” como el que viene utilizando Radio Exterior de España y TVE Internacional, y que sólo en el caso de que alumnos, que por motivos particulares o profesionales vayan a residir en un determinado país latinoamericano, se encargue a un profesor de dicho país que les enseñe el español allí hablado. Lo que no es admisible es mezclar churras con merinas. El estudiante extranjero tiene perfecto derecho a saber de antemano qué español está aprendiendo, lo mismo que puede elegir si desea aprender el inglés de Inglaterra o el de los Estados Unidos.
 
Hay otro aspecto que ya es casi político: España y el español son desplazados lenta pero eficazmente por lo latinoamericano en Europa. La expansión lingüística, cultural y folklórica latinoamericana por Francia y Alemania (por sólo nombrar dos ejemplos conocidos) es innegable e imparable. Cada vez más franceses y alemanes se sienten atraídos por Latinoamérica (fuera de España no puede decirse ya Hispanoamérica sin despertar recelos de imperialismo y provocar protestas “nacionalistas” latinas) y obvian a España, que les parece un país demasiado europeo, es decir, cotidiano. Como escribió Rosa Mora el 20.2.98 en un artículo en EI País titulado “Los latinos marcan el ritmo”, en España mismo se reconoce el gran empuje de la cultura “latina”.

Como hispanohablantes podemos enorgullecernos del gran auge de lo “latino”, de su literatura y cultura. Pero no caigamos en el error de creernos partícipes o incluso motores de este fenómeno. A la postre, si no mantenemos la iniciativa, España podrá verse convertida en una anticuada península en lo lingüístico y lo cultural. Los que vivimos en el centro de Europa venimos observando cómo avanza el fenómeno. Este es un gran desafío en la época de la televisión por satélite, de los medios audiovisuales digitales y del Internet que España no sólo debe aceptar sino convertirlo en un triunfo en Europa y en el resto del mundo.
Manuel Moral (✝ 24.04.2017)
Múnich 1998


 

Pincelada: Los presupuestos participativos







El pasado día 13 de febrero se celebró en el Ateneo de Albacete la presentación oficial de la iniciativa Albacete Concejo Abierto. En el turno de preguntas y respuestas, alguien sacó a colación el tema de la financiación del proyecto pero no se pudo ahondar en el tema dado el gran número de personas que estaban deseando intervenir en el debate.

Una lástima, porque poco antes de comenzar el acto, el ex alcalde de Albacete, Manuel Pérez Castell, en una entrevista para el diario digital LA CERCA, que pueden ver siguiendo el enlace, había precisamente mencionado una posibilidad que contempla la ley: la de recurrir a los Presupuestos Participativos que consideran la implicación directa de la población. Este mecanismo permite que sean los propios ciudadanos quienes decidan en qué se va a gastar el dinero público o parte de él.

Como no soy muy ducha en la materia pero sí curiosa por naturaleza, me he pasado el domingo informándome sobre este modo de influir en algunas tomas de decisiones del Consistorio local. En mi búsqueda, he descubierto publicaciones supereinteresantes que tratan esta materia. Entre ellas, gobierto.es cuya lectura les aconsejo si se interesan por el tema. Todas, sin excepción, me han sido de gran ayuda a la hora de redactar este pequeño artículo.
 
A los que piensen que se trata de una utopía, les diré que el País Vasco y Andalucía fueron las autonomías pioneras en España en apostar por los Presupuestos Participativos.  En los años 90 se produjeron los primeros experimentos en municipios como Idiazabal para debatir la construcción de instalaciones deportivas. Entretanto, Bilbao, p.ej., tiene una estructura participativa muy consolidada. En el año 2001, los municipios andaluces de Córdoba, Puente Genil y Las Cabezas de San Juan pusieron en marcha iniciativas mucho más ambiciosas. Desde entonces, la mayoría de ciudades españolas se han sumado a la lista de localidades que han optado por ese instrumento de participación ciudadana.

También aquí en Albacete, anunciada a bombo y platillo, se creó el año pasado una plataforma llamada "Mejoralbacete", supuestamente para mejorar el Proceso de Presupuestos Participativos. Sin embargo, dudo mucho que se hayan hecho grandes cosas, algunas de ellas quizás por falta de información y participación de los ciudadanos. Un ejemplo:  A pesar de las denuncias de la oposición (PSOE), hasta el día de hoy las obras de rehabilitación de los depósitos de la Fiesta del Árbol siguen paralizadas. Y es que el culebrón trae cola desde hace años (el proyecto de adecuación de este espacio fue aprobado a finales de 2015 y hasta el día de hoy no se ha hecho prácticamente nada para mejorar su estado).

Cuando funcionan correctamente, los presupuestos participativos traen consigo innumerables ventajas:

1. Permiten que los vecinos tengan absoluto control de todo lo que acontece en su municipio.

2. Son sinónimo de transparencia, ya que cada ciudadano sabe en qué se gasta el dinero de sus impuestos.

3. Son una herramienta de participación ciudadana, lo que significa una absoluta democratización de la gestión pública.

4. Suponen asimismo un encuentro de la población con sus gobernantes para consensuar las decisiones sobre la gestión pública, y en especial sobre el presupuesto.

5. Implica a los ciudadanos en la satisfacción de sus necesidades creando espacios de debate. Las asambleas vecinales que se realizan previamente son especialmente recomendables para integrar a los vecinos en el creciente anonimato de las ciudades.

Llama la atención que, si bien las ordenanzas municipales recogen expresamente esta herramienta de participación ciudadana, ésta todavía no se contemple en la legislación española.
Conclusión: Queda mucho por hacer. Los presupuestos municipales se redactan generalmente sin consultar a los ciudadanos porque éstos a menudo desconocen que tienen la posibilidad de influir en su elaboración. Es importante pues decidir entre todos cómo se gasta una parte de nuestro dinero.
Queremos que nuestra opinión cuente y que el dinero del contribuyente se reparta bien en proyectos razonables para todos, entre los que se encuentra el de mejorar la calidad de vida de los albaceteños.  Esto incluye entre otras cosas el cuidado de parques y jardines para realizar allí actividades lúdicas o, simplemente, como puntos de encuentro, así como la peatonalización de algunas calles de nuestra ciudad.

Nosotros, desde Albacete Concejo Abierto, pondremos todo nuestro empeño para que este sueño se convierta más pronto que tarde en realidad.

Margarita Rey




Fuentes:
Nosoloaytos (Blog de Víctor Almonacid)
iesa.csic.es
DEFINICIÓN DE
gobierto.es
presupuestosparticipativos.com
eldiario.es




Atalaya: Insuflar vida a la ciudad





El pasado jueves, en la presentación del proyecto “Albacete Concejo Abierto”, creado por un grupito de intelectuales e idealistas de a pie para mejorar los espacios públicos de Albacete (zonas verdes, peatonalización, etc.) expuse a los asistentes alguna de mis experiencias en Alemania.

En el curso de mi vida, por trabajo y por ocio, he tenido la ocasión de conocer muchas ciudades europeas y de recorrer también la geografía española de norte a sur. Por ello, podría darles muchos ejemplos de cómo ciudades de todos los tamaños se han ido peatonalizando poco a poco a pesar de las reticencias iniciales de comerciantes e, incluso, de algunas agrupaciones vecinales. En Múnich, por ejemplo, la peatonalización comenzó con motivo de los XX Juegos Olímpicos de 1972 y llegó de la mano de un alcalde visionario, el socialdemócrata Hans-Jochen Vogel.  Vogel estuvo al frente del consistorio muniqués desde 1960 hasta 1972 y mi difunto esposo mantuvo una relación casi amistosa con él hasta que Willy Brandt se lo llevó a Bonn para convertirle en Ministro.
 

Marienplatz 1965
Cuando yo llegué a la ciudad en el año 1965 los tranvías y autobuses cruzaban el casco antiguo y los peatones eran poco más o menos los parias de la ciudad. Los Juegos Olímpicos marcaron un antes y un después en lo que a la evolución del planeamiento urbanístico se refiere. Con la construcción del metro se crearon pasos de peatones subterráneos y, en el centro de la ciudad, se terminó el reinado, a veces abusivo, de coches y autobuses hasta convertirse en un bello espacio peatonal y zona comercial de aproximadamente un kilómetro. De la Plaza del Ayuntamiento, antes dividida por la calzada, parte desde 1972 la calle de tiendas y restaurantes Kaufingerstrasse, punto de reunión de lugareños y foráneos, especialmente cuando suena el carrillón a las 12 del mediodía. En la Plaza del Ayuntamiento yo misma he asistido a algún concierto de uno de esos grupos de tunos españoles que viajan por Alemania y, de paso, se ganan unas perrillas con esas supuestamente improvisadas actuaciones en calles y plazas alemanas.
 

Marienplatz en la actualidad
Ahora, a dos pasos de allí, otra calle emblemática, la Sendlinger Strasse, va a convertirse en calle peatonal después de un periodo de prueba de 2 años durante los cuales estuvo vetada a los vehículos motorizados. A finales de 2018, el Ayuntamiento, los comerciantes y las asociaciones de vecinos dieron su bendición a un nuevo plan de urbanismo que contempla la pavimentación de la calle con diversos materiales y puntos de descanso para el ciudadano con bancos, asientos individuales y bonitas jardineras con flores. Está también previsto plantar árboles y construir algunas pequeñas fuentes que darán a los 300 metros de calle ese toque meridional que adoran los muniqueses. Todo ello, naturalmente, sin barreras arquitectónicas para que los discapacitados puedan moverse a sus anchas y disfrutar también de ese nuevo espacio en el que actuarán con regularidad músicos callejeros y mimos.
 


zona peatonal Kaufingerstrasse
Múnich es para mí un ejemplo de cómo hay que hacer las cosas para que los vecinos disfruten de los barrios. En los últimos 25 años se han peatonalizado (o semi peatonalizado) innumerables calles y plazas. De vez en cuando, previa concesión del correspondiente permiso por parte del Ayuntamiento, en esos espacios tienen lugar mercadillos, pequeñas exposiciones de pintura, actuaciones vecinales y un largo etcétera. Lo mismo sucede en ciudades como Hamburgo, Colonia y Berlín. En esta última, aparte de contar como mínimo con 5 distritos sin coches, el barrio de Spandau sorprende al visitante con una macrozona peatonal de 300.000 m2.

Y ¿qué me dicen de los parques, jardines y plazas? Múnich, la ciudad alemana que más conozco, goza de innumerables zonas verdes y jardines, todos ellos muy bien cuidados por los Servicios Municipales de Parques y Jardines que disponen de un importante presupuesto para su mantenimiento. ¡Qué no daría yo para que ocurriese lo mismo en Albacete, ciudad que adoro y en la que yo resido desde 2001!

Lo que les quiero decir con todo esto es que también ciudades más modestas como Albacete tienen derecho a poseer bonitos jardines, plazas y calles peatonales. Es sólo una cuestión de buena voluntad por parte del consistorio que rige la ciudad.

Todos sabemos que el cuidado del medio ambiente mejora la calidad del aire y la calidad de vida de los ciudadanos. Según la Organización Mundial de la Salud, los espacios verdes son imprescindibles para la salud por los beneficios que reportan al bienestar físico y psíquico de la población, al tiempo que hace las ciudades más habitables.
 
Hay que compensar de alguna manera la frialdad de los edificios que se construyen actualmente, “agorizando” (un gerundio que no existe en el diccionario y que se me ha ocurrido partiendo de la palabra “ágora” que, en la antigua Grecia, era el lugar donde la gente se agrupaba para hablar, pasear y disfrutar de las diversas actividades que allí se ofrecían) las calles, plazas y jardines de las ciudades, por muy pequeñas que éstas sean, para el disfrute de vecinos y visitantes. Esto nos proporcionaría beneficios de todo tipo, especialmente desde el punto de vista estético y social. Sin olvidar tampoco el bienestar físico y psíquico de las personas.

Lo importante es ponerse como meta que todas las poblaciones se conviertan poco a poco en núcleos urbanos más amables e inteligentes, con espacios peatonales y zonas verdes en los que se celebren regularmente actividades de índole cultural (o simplemente recreativas) que sirvan para fomentar las relaciones personales entre los participantes, ya sean vecinos o no de la ciudad. Leí una vez en una revista de arquitectura que este tipo de “creación de ciudad” ayuda a que los vecinos identifiquen el entorno como algo suyo, perteneciente a su vida cotidiana, de manera que su uso corriente se convierta en una más de las costumbres generales de una ciudad.

A eso le llamo yo “insuflar vida a la ciudad”. Algo que sólo se puede conseguir si sus habitantes se unen para poder ejercer influencia sobre el Consistorio correspondiente porque, como reza el conocido dicho: “quien no llora, no mama”.
Margarita Rey Suñé




PENSAMIENTO







“Amar por encima del tiempo y de la distancia

es convertir el presente

en un manantial de esperanza”.
 
M.M.