sábado, 18 de junio de 2011

Tema de hoy: ¿Son las Diputaciones necesarias?


Hace tiempo que me vengo preguntando: ¿para qué sirven las diputaciones? Mi respuesta es: para dilapidar dinero, lo cual no puede permitirse España precisamente en estos aciagos tiempos de recortes y ahorros.

12.000 millones de euros tienen como presupuesto las 41 diputaciones, los 7 cabildos canarios y 4 consells de Baleares. Los presidentes tienen un sueldo superior al del presidente del Gobierno de España, sin contar las dietas, el parque automovilístico y otras sinecuras. Algunas diputaciones, auténticos nidos de nepotismo, gastan sus fondos según les parece. Así, la de Málaga financia con sus fondos el flamenco.

En los tiempos que corren, lo que se impone es reducir personal, suprimir cargos de confianza y eliminar instituciones que se solapan. En resumidas cuentas, las diputaciones no son garantes de la autonomía local ni eficaces en la prestación de sus servicios.

Otra figura que debería desaparecer, que cuesta dinero y recuerda a los gobernadores civiles franquistas, es la de Delegado del Gobierno y Subdelegado, cuya función es también velar por el orden público. Visto objetivamente, el Delegado parece un instrumento centralista en un Estado que se llama de las Autonomías. En Alemania es al revés. Cada “land” (estado federado) tiene su Delegado cerca del Gobierno Federal o de la Nación. El Delegado dispone de una representación permanente en Berlín, que hace las veces de “embajada”. Estas embajadas tienen gran peso en el Bundestag (Parlamento Federal) y velan porque se respeten los intereses de cada “land”, que, al contrario de la praxis en España, tiene plena autonomía acerca de sus fuerzas de seguridad y no necesitan de órdenes de Berlín. Los estados federados pueden pedir a Berlín refuerzos policiales si los disturbios sobrepasaran a las propias fuerzas de seguridad.


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