Se aproximan las elecciones municipales y autonómicas. Mayo está en todas las mentes políticas. Según las encuestas el PP puede conseguir una aplastante victoria. Laminado quedará el PSOE, cuyo jefe y presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero no ha sido precisamente una lumbrera, pero al que hay que reconocer que ha procurado, en los tiempos de pseudo normalidad, hacer lo mejor para los más desfavorecidos, quienes difícilmente pueden comprender las severas medidas de austeridad que, bajo cualquier gobierno, siempre son, por ser más numerosos, los más afectados.
Según se aproximan los comicios las palabras se hacen más ásperas, más afiladas, más destructivas. Pero echarle la culpa de todo a Zapatero y al PSOE no es sólo cinismo, sino el más burdo populismo. ¿Qué hubiese hecho el PP mejor en vez del PSOE? ¿Qué hubiera hecho mejor el currito Mariano Rajoy de haber sido él presidente del Gobierno? Nadie lo sabe ni lo sabrá hasta que gobierne el PP. Entonces Rajoy, si es él candidato en las generales, aplicará, obligado por sus correligionarios europeos, las mismas medidas de ahorro, o peores, que Zapatero. Aunque cabe la posibilidad de que hasta entonces haya amainado la tempestad económica y Rajoy y su partido, (los que siempre han dicho NO en el Congreso y en sus mítines, pero no han avanzado ningún argumento), disfruten de muchos logros del PSOE, especialmente en lo social y cultural. Pero, desgraciadamente, el pueblo tiene la memoria corta, nadie se acuerda ya de los disparates de Aznar. Machacar a la opinión pública con eslóganes como: Zapatero ha arruinado a España, Zapatero ha cedido la soberanía española a la Unión Europea, es infame y más si se tiene en cuenta que en Europa tienen mayoría los amigos del PP.
Si Alemania se está recuperando de la crisis se debe a diversos factores, entre ellos la especie de sinérgia existente en Alemania entre el Gobierno y la oposición, cuando se trata de los intereses de la nación alemana, lo cual no quita que la oposición critique y sea dura con el Gobierno, en este caso de la canciller alemana, Angela Merkel, que parecer tener más problemas con sus socios (demoliberales) de coalición que con la oposición de izquierdas. Otro factor es la competitividad de Alemania en el sector de la exportación y otra, no menos importante, que Alemania ha sabido resolver, acabada la II Guerra Mundial, su problema territorial así como las relaciones de las partes sociales, con unos sindicatos fuertes y sensatos y una patronal dispuesta al diálogo, que es uno de los bienes que dejaría el PSOE y su jefe Zapatero a un gobierno del PP. En fin, en las municipales y las autonómicas, veremos qué dimensiones adoptará la derrota del PSOE gracias a los catastrofismos machaconamente repetidos por el PP.
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