Como en las demás ciudades europeas, también en España se va extendiendo el uso de la bici en vez del coche. Es una buena noticia para el medio ambiente y para nuestros pulmones que se haga cada vez mayor el número de ciudadanos que prefieren ir en bicicleta a utilizar el coche, reservado para los viajes. Además, ir en bici redunda en beneficio para la salud, pues es un sano ejercicio.
En cada vez más ciudades existen lasa vías ciclistas, carriles bici, carriles bici protegidos, pistas bici, sendas citables y aceras bici, estas últimas señalizadas en el suelo y de cinco metros de ancho. Está prohibido bajo multa aparcar en los carriles bici y los peatones no pueden tampoco usarlos. Para animar al ciudadano a utilizar la bicicleta existen “aparcamientos de bici”, donde se puede tomar prestada una bicicleta. Por supuesto que hay también ladrones de bicis, pero hasta ahora parece que estos actos de delincuencia están limitados.
No todo el monte es orégano. Entre los ciclistas, que han de circular por la ciudad a 30 km/h, existen también los “gamberros del manillar o del pedal”, que no respetan las normas más elementales sociales, como los automovilistas-machistas. Algunos superan las velocidad permitida, creyendo que están en la Vuelta a Francia, otros no tienen ninguna consideración con los peatones, a los que empujan o incuso atropellan y otros no respetan las reglas circulando fuera de los carriles bici. Por eso, creo que sería también conveniente que los ciclistas aprendan las reglas fundamentales de tráfico y sociabilidad, sometiéndose a un breve examen para obtener el permiso de darle a los pedales. Esto es necesario no sólo en España, sino en todas las ciudades europeas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario