“Llorar (derramar) lágrimas de cocodrilo”. = Se dice cuando alguien suelta unas lagrimillas fingidas y sin sentimiento para aparentar arrepentimiento o tristeza. El dicho en sí implica falsedad e hipocresía.
Según los zoólogos, este reptil, mientras devora a sus víctimas, segrega un líquido acuoso parecido a las lágrimas. Este hecho no se debe a que la bestia sienta lástima por ellas, sino más bien a que las glándulas salivales del saurio están muy cerca de sus lagrimales. Debido al enorme esfuerzo que representa el tener que tragarse enteritas a sus presas (a menudo de gran tamaño) y que el cocodrilo carece de aparato masticatorio, por lo que no puede comerse a su botín a bocados, el bicho produce al comer ese fluido y emite al mismo tiempo un sonido que podría ser confundido con un lamento .
También en la medicina existe la definición “lágrima de cocodrilo” para los seres humanos. Según el Diccionario Ilustrado de Términos Médicos”, se trata de un lagrimeo al masticar, signo de parálisis del nervio facial.
Cuando oigo esa expresión, no sé por qué será, siempre la asocio con nuestra maravillosa clase política. Cuando alguien de entre ellos fallece, todo son elogios y pésames a los familiares del finado, aunque todo el mundo sepa que, el pobre que ya se fue para siempre, había sido atacado en vida más de una vez, incluso de manera brutal, por sus adversarios políticos y por sus propios compañeros de partido.
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