martes, 1 de marzo de 2011

Pincelada: La soberbia

“La soberbia es la máscara de la ignorancia”. Esta tan atinada frase, de un autor anónimo, recogida en Internet en fraseycitas.com da pie al tema de la Pincelada de hoy sobre la soberbia. La soberbia es el más antipático de los llamados “pecados capitales”. Según Wikipedia, “en casi todas las listas de pecados, la soberbia (en latín, superbia) es considerado el original y más serio de los pecados capitales, y de hecho, es también la principal fuente de la que derivan los otros. Es identificado como un deseo por ser más importante o atractivo que los demás, fallando en halagar a los otros. …..Genéricamente se define como la sobrevaloración del Yo respecto de otros por superar, alcanzar o superponerse a un obstáculo, situación o bien en alcanzar un estatus elevado y subvalorizar al contexto. También se puede definir la soberbia como la creencia de que todo lo que uno hace o dice es superior, y que se es capaz de superar todo lo que digan o hagan los demás. También se puede tomar la soberbia en cosas vanas y vacías (vanidad) y en la opinión de uno mismo exaltada a un nivel crítico y desmesurado (prepotencia)”. Buscando citas literarias en Internet, me topé con un interesante artículo del prestigioso catedrático de psiquiatría y escritor, Enrique Rojas Montes, especialista en trastornos de la personalidad, que escribió el 01.03.08 para el diario “El Mundo” y del que me gustaría que compartiesen conmigo algunos párrafos: “La soberbia consiste en concederse más méritos de los que uno tiene. Es la trampa del amor propio: estimarse muy por encima de lo que uno vale. Es falta de humildad y por tanto, de lucidez. La soberbia es la pasión desenfrenada sobre sí mismo. Apetito desordenado de la propia persona que descansa sobre la hipertrofia de la propia excelencia. Es fuente y origen de muchos males de la conducta y es ante todo una actitud que consiste en adorarse a sí mismo: sus notas más características son prepotencia, presunción, jactancia, vanagloria, situarse por encima de todos lo que le rodean. La inteligencia hace un juicio deformado de sí en positivo, que arrastra a sentirse el centro de todo, un entusiasmo que es idolatría personal. La soberbia es más intelectual y emerge en alguien que realmente tiene una cierta superioridad en algún plano destacado de la vida. Se trata de un ser humano que ha destacado en alguna faceta y sobre una cierta base. El balance propio saca las cosas de quicio y pide y exige un reconocimiento público de sus logros. Para un psiquiatra, estamos ante lo que se llama una deformación de la percepción de la realidad de uno mismo por exceso”.
La imagen que el soberbio tiene de sí mismo está pues distorsionada. En el fondo, es una persona inmadura, que vive en un mundo irreal, del que él cree ser el ombligo y saberlo todo. Ello hace que no sea capaz de soportar las críticas y que no sepa escuchar. La convivencia con el soberbio es difícil, a menos que se le siga la corriente y se le diga siempre “si” a todo. En caso contrario, el soberbio puede llegar a convertirse en un déspota para los que le rodean. El soberbio busca el elogio y el aplauso de su entorno y se siente infeliz y frustrado si no los consigue. Porque, en el fondo, la persona soberbia es frágil y, a menudo, infantiloide, “debilidades” que él sabe muy bien enmascarar bajo la capa de la arrogancia y la prepotencia, otras dos características que suelen acompañar a la soberbia. Según San Agustín, gran escritor y filósofo, "la soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano". Y como se trata de una enfermedad del alma, de la que Quevedo opinaba que “más fácil es escribir contra la soberbia que vencerla”, para poder sanar completamente hay que recabar la ayuda de un buen profesional. Él marcará las pautas para llegar a corregir ese defecto, ya que, a la larga, éste puede llegar a desembocar en soledad. Y ¡qué triste es llegar a viejo y no tener con quien compartir esa etapa de la vida porque todos nuestros antiguos amigos y conocidos se han ido alejando poco a poco de nosotros debido a nuestro carácter!

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