Según el DRAE, el talón de Aquiles es el punto vulnerable o débil de algo o de alguien. Por ejemplo: “Este ejecutivo sería un fuera de serie, si su talón de Aquiles no fuese la bebida” o “El talón de Aquiles de ese club de fútbol es la debilidad de su defensa”. Como tantos otros giros tratados en esta sección, nos tenemos que remontar a la Antigüedad para poder explicarles el origen de la frase. Y una vez más tenemos que echar mano de la mitología griega, tan rica en relatos tradicionales. La leyenda de Aquiles dice que Aquiles fue fruto de la unión de Tetis, una ninfa del mar, y de Peleo, rey de los mirmidones de Tesalia. Cuando era apenas un bebé, Aquiles fue sumergido por su madre en las aguas del Estigia, un legendario río, que constituía el límite entre la tierra y el mundo de los muertos, quienes, supuestamente, cruzaban sus aguas en barca para acceder al Hades (inframundo de los difuntos). Según la leyenda, el Estigia tenía el poder de convertir en inmortal a todo aquel que se bañaba en sus aguas. Tetis quiso aprovechar las propiedades sobrenaturales del río para hacer a su hijo invulnerable a las heridas y enfermedades letales y detener el paso del tiempo. Pero Tetis cometió un error. Al sumergir al pequeño Aquiles en aquellas aguas milagrosas, lo hizo sujetando al bebé por una pierna. Así, aquellas aguas convirtieron en invulnerables todas las partes del cuerpo de Aquiles excepto su talón, parte por la cual su madre le mantenía asido. Aquiles creció y se convirtió en un gran héroe y en uno de los mejores y más valientes guerreros de todos los tiempos. Participó en importantes batallas y en la Guerra de Troya como aliado de los griegos. Cuando Agamenón, rey de Mecenas y uno de los caudillos que luchaban contra Troya, se apropia de la doncella cautiva Briseida, de la que Aquiles estaba enamorado, éste se retira con sus soldados de la guerra. Los troyanos, envalentonados por la ausencia del héroe inmortal, atacan a los griegos y los fuerzan a una retirada tan precipitada como humillante. Patroclo, amigo y compañero de Aquiles, le pide que le preste su armadura y le deje avanzar con los mirmidones a la batalla. Aquiles acepta, pero su amigo cae muerto víctima de la espada del príncipe troyano Héctor. Aquiles decide entonces retomar la batalla. En una prueba de fuerza, Aquiles desafía y da muerte a Héctor y arrastra triunfante su cuerpo sin vida, atado a su carro, en torno a las murallas troyanas. Posteriormente, el príncipe troyano Paris, raptor de Helena y causante de la guerra de Troya, logra conocer el secreto de la vulnerabilidad del Aquiles. Como había vaticinado Héctor antes de expirar, Paris logra dar muerte a Aquiles disparándole, con gran puntería, una flecha envenenada contra su talón. Los huesos de Aquiles fueron mezclados con los de Patroclo y se les rindió el honor que merecían como héroes en unos fastuosos juegos funerarios (que equivalían más o menos a los Juegos Olímpicos de la época). Al final de la guerra, Paris muere atravesado por una flecha disparada por el famoso arquero Filoctetes, que utilizaba el mítico arco de Hércules.
Fuente: “El porqué de los dichos” por Ana Beatriz Ariza Núñez.
Fuente: “El porqué de los dichos” por Ana Beatriz Ariza Núñez.
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