“Ser un caco”. = Equivale a ser un ladrón, un ratero. Y nos preguntamos: ¿cuál es la etimología de la palabra caco? Siguiéndole la pista al vocablo llegamos a la explicación que nos da Wikipedia: “En la mitología griega, Caco (en griego antiguo Κακός Kakós, ‘malo’ o ‘malvado’; en latín Cacus), hijo de Hefesto, era un gigante mitad hombre y mitad sátiro que vomitaba torbellinos de llamas y humo. Vivía en una cueva del monte Aventino en el Lacio (actualmente Roma).” Según otras fuentes, Caco era un dios menor de Roma, hijo de Vulcano. Como el Caco griego, el romano también habitaba una gruta del Aventino. Cuando Hércules volvía de una misión con las reses de un tal Gerión, a quien había derrotado en una batalla, Caco le robó cuatro vacas y cuatro bueyes. Para engañar a Hércules, Caco se sirvió de una inteligente estratagema. Tirando de la cola de las reses, hizo que penetraran en su gruta caminando hacia atrás. De esta forma las huellas de las pezuñas parecían indicar que los animales habían salido de la guarida de Caco cuando, en realidad, era todo lo contrario. Hércules cayó en la trampa hasta el momento que oyó mugir a uno de los animales. Entonces, Hércules ajustició a Caco, cuyo nombre ha conseguido perdurar hasta nuestros días como sinónimo de amante de lo ajeno. Incluso hubo épocas en las que se le llegó a considerar como patrón de los ladrones.
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