viernes, 15 de julio de 2011

Tema de hoy: ¿Qué quiere Zapatero?



Es injusto echarle a Zapatero las culpas de la ruinosa situación económica global, y, en especial, española. Zapatero, con su talante, ha reconocido ya que no vio la que se le venía encima a España, además de la propia crisis económica interior (“burbuja del ladrillo”). Pero a estas alturas de una crisis global, que va hipotecando a los pequeños y medianos países de la UE ( llaman “rescatar” a lo que sencillamente es una pérdida de soberanía) como Grecia, Irlanda y Portugal, y ahora están en el punto de mira Italia y España, me pregunto: ¿por qué se aferra Zapatero a su sillón, por qué no abre el camino para elecciones generales anticipadas, que tan vehementemente desea Rajoy, y le pasa el marrón al actual jefe de la oposición, cuya contribución al desarrollo de la vida política nacional sólo ha sido el NO y el obstruccionismo durante la aún existente legislatura. Rajoy presume mucho de tener la fórmula de arreglar los asuntos nacionales, pero hasta ahora no ha soltado ni prenda.

Si el PP, como cabe esperar, gana las elecciones generales, Rajoy, con sus fórmulas mágicas, sólo por él conocidas, se va a enterar de lo que vale un peine.

¿Por qué sigue Zapatero? ¿Tan fuerte es la ambición de poder? Tal vez, José Luís Rodríguez, quiere dejarle a un PSOE y un gobierno liderado por Rubalcaba la alborada de un nuevo amanecer para nuestro país, dejarle una España reformada con otras medidas de austeridad que volverán a enfurecer a las capas menos favorecidas, pero que cumplirán con las exigencias de la UE para poder seguir perteneciendo a la Unión. La UE y Zapatero saben muy bien que un “rescate” de Italia y de España haría rodar el euro por el precipicio. A la UE, sobre todo a Alemania, interesa especialmente una estabilización económica de ambos países, sin los que la UE es difícilmente imaginable. Nadie entiende cómo Zapatero se imagina arreglar la precaria situación económica española de aquí a marzo del 2012. Lo que está consiguiendo es perder cada vez más simpatizantes (entre ellos Felipe González) en la izquierda, que, absurdamente, si votan, lo hacen a favor del PP, que con su populista demagogia, hace creer que él es el único partido que defiende a la clase obrera.

Zapatero tendría que dejar que Rajoy, si es elegido, se despeñe por un barranco que, hasta ahora, con más o menos suerte, ha venido sorteando Zapatero, a costa del PSOE

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