Como era de esperar, el Comité Federal del PSOE, reunido el pasado sábado, confirmó a Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato a las elecciones generales. Rubalcaba no dimitió aún como ministro del Interior ni como vicepresidente del Gobierno. Espera a que Zapatero lleve a cabo, pronto (¿quizás ya el lunes?) una moderada remodelación del Gabinete.
En su discurso, Rubalcaba señaló como su principal objetivo acabar con el paro, financiando más a la pequeña empresa y con la colaboración de los bancos y de la CEOE. ¿Por qué no lo ha hecho el Gobierno hasta ahora?
Ha quedado todo un poco en el aire. Eso sí, el candidato del PSOE retoma el discurso de la izquierda a costa de los bancos y de la patronal en la esperanza de recuperar al electorado izquierdista, que facilitó la aplastante victoria electoral del PP en las autonómicas y municipales, ocupando incluso feudos del PSOE como Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. El votante socialista está muy decepcionado con la política de Zapatero, ¿va a creer ahora a su segundo de abordo, Rubalcaba? ¿No se les ve demasiado el plumero? Las elecciones generales dirán si ya es demasiado tarde o si se habrá podido recuperar algo del naufragio del 22 de mayo.
En cuanto al resultado de las elecciones generales, cabe la posibilidad de que el PSOE vuelva a sufrir una aplastante derrota como en las autonómicas y municipales. La demagogia del PP de afirmar ser el partido que defiende a las capas más bajas y a los parados parece haber surtido efecto. Todavía habrá ingenuos que se creerán el invento. Pero lo malo es que no hay alternativa a la política del PSOE, dictada por la Unión Europea y respaldada por la conservadora canciller federal alemana, Angela Merkel. ¿Qué dirá Bruselas y la señora Merkel si el PP se presenta con un programa izquierdista, de corte populista diametralmente opuesto a lo que necesita Europa para superar, poco a poco, la crisis general? En España, ya lo hemos visto, habrá ingenuos que piquen en el anzuelo del PP, pero la UE vigila con ojos de águila lo que hace España. Hay voces en la UE que desean “rescatar” (hipotecar) a nuestro país como ya lo han hecho con los arruinados miembros, Grecia, Irlanda y Portugal. Sólo esperan el menor pretexto. Socioeconómicamente la situación de España es muy delicada. Caminamos al borde del abismo. Sobran los populismos. Rubalcaba, en su discurso ante el Comité Federal, ha marcado unos puntos muy concretos, cosa que aún se espera del PP.
La alternancia en el poder es el principal elemento de una democracia, que no tolera partidos únicos. Ya el bipartidismo está al filo de lo tolerable, siendo lo mejor para la democracia, al menos, tres partidos que puedan ejercer el poder, bien solos bien en coalición. Pero la alternancia al frente del Ejecutivo requiere sobre todo juego limpio desde la oposición y durante la campaña electoral.
En su discurso, Rubalcaba señaló como su principal objetivo acabar con el paro, financiando más a la pequeña empresa y con la colaboración de los bancos y de la CEOE. ¿Por qué no lo ha hecho el Gobierno hasta ahora?
Ha quedado todo un poco en el aire. Eso sí, el candidato del PSOE retoma el discurso de la izquierda a costa de los bancos y de la patronal en la esperanza de recuperar al electorado izquierdista, que facilitó la aplastante victoria electoral del PP en las autonómicas y municipales, ocupando incluso feudos del PSOE como Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. El votante socialista está muy decepcionado con la política de Zapatero, ¿va a creer ahora a su segundo de abordo, Rubalcaba? ¿No se les ve demasiado el plumero? Las elecciones generales dirán si ya es demasiado tarde o si se habrá podido recuperar algo del naufragio del 22 de mayo.
En cuanto al resultado de las elecciones generales, cabe la posibilidad de que el PSOE vuelva a sufrir una aplastante derrota como en las autonómicas y municipales. La demagogia del PP de afirmar ser el partido que defiende a las capas más bajas y a los parados parece haber surtido efecto. Todavía habrá ingenuos que se creerán el invento. Pero lo malo es que no hay alternativa a la política del PSOE, dictada por la Unión Europea y respaldada por la conservadora canciller federal alemana, Angela Merkel. ¿Qué dirá Bruselas y la señora Merkel si el PP se presenta con un programa izquierdista, de corte populista diametralmente opuesto a lo que necesita Europa para superar, poco a poco, la crisis general? En España, ya lo hemos visto, habrá ingenuos que piquen en el anzuelo del PP, pero la UE vigila con ojos de águila lo que hace España. Hay voces en la UE que desean “rescatar” (hipotecar) a nuestro país como ya lo han hecho con los arruinados miembros, Grecia, Irlanda y Portugal. Sólo esperan el menor pretexto. Socioeconómicamente la situación de España es muy delicada. Caminamos al borde del abismo. Sobran los populismos. Rubalcaba, en su discurso ante el Comité Federal, ha marcado unos puntos muy concretos, cosa que aún se espera del PP.
La alternancia en el poder es el principal elemento de una democracia, que no tolera partidos únicos. Ya el bipartidismo está al filo de lo tolerable, siendo lo mejor para la democracia, al menos, tres partidos que puedan ejercer el poder, bien solos bien en coalición. Pero la alternancia al frente del Ejecutivo requiere sobre todo juego limpio desde la oposición y durante la campaña electoral.
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