martes, 12 de julio de 2011

Tema de hoy: La izquierda y Rubalcaba


Por razones sociológicas que escapan a esta columna, los votantes de la izquierda suelen ser menos disciplinados que los de la derecha a la hora de depositar el voto. No se trata de una afirmación arbitraria, sino la constatación reiterada de estudios sobre fidelidad de voto. Alfredo Pérez Rubalcaba conoce seguramente esta realidad y, por tanto, sabe que para movilizar al electorado necesitará mucho más que discursos, por magníficos que sean, como lo fue el que pronunció el sábado para esbozar las líneas maestras de su candidatura. Aunque incluyó algunos guiños al 15-M, el discurso fue menos “izquierdista” de lo que algunos pretenden, pero tuvo una hondura política poco frecuente en estos tiempos líquidos que corren. Según diversas crónicas periodísticas, los asistentes al acto del sábado salieron con una especie de subidón de adrenalina; ahora el dificilísimo reto consiste en contagiar ese estado de ánimo al grueso del electorado. Rubalcaba tendrá que concretar las propuestas, sobre todo las económicas –¿cuál será el impuesto a la banca?, ¿cómo va a convencer a sus socios europeos para combatir los paraísos fiscales?, etc.–, y deberá pronunciarse en algún momento sobre al menos dos asuntos importantes y muy sensibles que omitió en su intervención: las relaciones con la Iglesia y el desarrollo sin más paños tibios de la Ley de Memoria Histórica.

Hay quienes acusan a Rubalcaba de cinismo y oportunismo por proponer ahora medidas económicas y sociales que bien pudo impulsar, y no lo hizo, desde su influyente posición en el Gobierno. Quizá no falte algo de razón en la crítica. Lo que está por ver es si esa transformación, con independencia de las dudas razonables que suscite a muchos, consigue a la postre resultar convincente y estructurar un proyecto. A propósito, el mayor caso de cinismo y oportunismo de la historia reciente de España lo protagonizaron siete prohombres del régimen fascista que, muerto Franco, descubrieron de repente su vocación de demócratas y fundaron Alianza Popular, formación de la que nació el Partido Popular. Y la nave va.

Fuente “Público”
Autor: Alberto Schwarz

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