Mientras griegos, irlandeses y portugueses son rescatados (“hipotecados”) por la gran banca mercantil internacional, España tal vez se salve de este oprobio gracias a la “economía” sumergida fruto de nuestra picaresca.
Leemos en el periódico que los talleres piden mano dura contra los mecánicos que “trabajan al negro”, es decir, que trabajan sin factura, dinero contante y sonante en la mano, con lo cual no pagan impuestos.
Autónomos obligados por la crisis a cerrar sus negocios, se dedican ahora a reparar coches “a domicilio”. Las Asociaciones de Talleres y las Cámaras de Comercio ponen el grito en el cielo y afirman que este tipo de competencia “desleal” (están los tiempos como para lealtades: que se lo digan a Francisco Camps, ex presidente de la Generalitat Valenciana) es lo que más perjudica al sector, que acumula una bajada en los ingresos de un 12% desde el 2007.
La realidad es que particulares recurren cada vez más a los desguaces. Buscan piezas de segunda mano para que un mecánico sin trabajo les hagan aunque sea una chapuza en la calle, a fin de ahorrarse unos euros y poder seguir rodando. El Fisco tiene que fastidiarse, pues con este sistema no ve un euro.
Todavía hay quien analiza la marcha triunfal del Partido Popular en las pasadas elecciones (apuntemos que “popular” sólo se llama a un partido derechista populista o a pseudodemocracias, como la República Popular de China), pero “los mecánicos a domicilio” pueden servir de ejemplo de cómo piensa arreglar Rajoy la situación económica española: con ayuda de la picaresca popular, PP.
Leemos en el periódico que los talleres piden mano dura contra los mecánicos que “trabajan al negro”, es decir, que trabajan sin factura, dinero contante y sonante en la mano, con lo cual no pagan impuestos.
Autónomos obligados por la crisis a cerrar sus negocios, se dedican ahora a reparar coches “a domicilio”. Las Asociaciones de Talleres y las Cámaras de Comercio ponen el grito en el cielo y afirman que este tipo de competencia “desleal” (están los tiempos como para lealtades: que se lo digan a Francisco Camps, ex presidente de la Generalitat Valenciana) es lo que más perjudica al sector, que acumula una bajada en los ingresos de un 12% desde el 2007.
La realidad es que particulares recurren cada vez más a los desguaces. Buscan piezas de segunda mano para que un mecánico sin trabajo les hagan aunque sea una chapuza en la calle, a fin de ahorrarse unos euros y poder seguir rodando. El Fisco tiene que fastidiarse, pues con este sistema no ve un euro.
Todavía hay quien analiza la marcha triunfal del Partido Popular en las pasadas elecciones (apuntemos que “popular” sólo se llama a un partido derechista populista o a pseudodemocracias, como la República Popular de China), pero “los mecánicos a domicilio” pueden servir de ejemplo de cómo piensa arreglar Rajoy la situación económica española: con ayuda de la picaresca popular, PP.
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