El ágil Rubalcaba parece a veces un mono saltando de rama en rama en busca de frutos sabrosos que ofrecerle al electorado socialista, profundamente decepcionado por la política de Zapatero y la aplastante victoria de la derechona en las autonómicas y municipales.
También el PP observa a Rubalcaba cómo éste expone su programa. Fácilmente puede preguntarse que si lo que dice el Candidato es la solución, ¿por qué no la ha aplicado antes el Gobierno? Todo el mundo sabe que la actual calamitosa situación económica internacional, provocada por los especuladores prestamistas, no depende de Madrid, ni de Roma o Lisboa, sino de Bruselas, de la UE. El PP lo sabe también y por eso vive dividido entre el ansia de hacerse con el Gobierno y el miedo a hacer frente a una situación que pasa, en primera línea, por duras e impopulares medidas. Pero es tal el pánico de Rajoy de que las palabras de Rubalcaba despierten la conciencia del electorado del PSOE en detrimento del número de votos del PP en las generales, que el capitán del navío de las gaviotas está ya incluso dispuesto a que Zapatero, que no suelta prenda, convoque ya mismo los comicios. Para eso, Rajoy tiene la posibilidad de presentar una moción de censura. ¿Por qué no lo hace? Quizá esté esperando lo más cómodo para él: que el propio Zapatero dimita y convoque elecciones anticipadas. Rubalcaba, tan accesible para la prensa, calla siempre astutamente ante la pregunta de cuándo serán las elecciones. Contesta: ”Ya falta una semana menos”.
Nadie sabe si la campaña del Candidato tendrá éxito y recuperará los votos del desengaño Pero una cosa está clara: mientras el PSOE aún tiene dirigentes con ideas claras, el PP no ha sido capaz hasta ahora de presentar un esquema de programa de gobierno. Aparte del NO y de una oposición cerril en el Congreso, nadie sabe qué recetas tiene el Partido Popular para salir del presente atolladero.
Cuando ya estaban escritas estas líneas me entero por la televisión de que ha dimitido Francisco Camps (“el hombre de los trajes gratis”), presidente (PP) de la Generalitat Valenciana por las secuelas de los famosos trajes. Más bien habría que escribir que ha sido dimitido por su gran amigo Rajoy. En su declaración, Camps se declara inocente, pero dimite (léase: se sacrifica) para no crear problemas a Mariano Rajoy en su carrera a La Moncloa. Ya se habla de cortafuegos de Rajoy que debe de estar pasándolo muy mal con el llamado caso Gürtel.
También el PP observa a Rubalcaba cómo éste expone su programa. Fácilmente puede preguntarse que si lo que dice el Candidato es la solución, ¿por qué no la ha aplicado antes el Gobierno? Todo el mundo sabe que la actual calamitosa situación económica internacional, provocada por los especuladores prestamistas, no depende de Madrid, ni de Roma o Lisboa, sino de Bruselas, de la UE. El PP lo sabe también y por eso vive dividido entre el ansia de hacerse con el Gobierno y el miedo a hacer frente a una situación que pasa, en primera línea, por duras e impopulares medidas. Pero es tal el pánico de Rajoy de que las palabras de Rubalcaba despierten la conciencia del electorado del PSOE en detrimento del número de votos del PP en las generales, que el capitán del navío de las gaviotas está ya incluso dispuesto a que Zapatero, que no suelta prenda, convoque ya mismo los comicios. Para eso, Rajoy tiene la posibilidad de presentar una moción de censura. ¿Por qué no lo hace? Quizá esté esperando lo más cómodo para él: que el propio Zapatero dimita y convoque elecciones anticipadas. Rubalcaba, tan accesible para la prensa, calla siempre astutamente ante la pregunta de cuándo serán las elecciones. Contesta: ”Ya falta una semana menos”.
Nadie sabe si la campaña del Candidato tendrá éxito y recuperará los votos del desengaño Pero una cosa está clara: mientras el PSOE aún tiene dirigentes con ideas claras, el PP no ha sido capaz hasta ahora de presentar un esquema de programa de gobierno. Aparte del NO y de una oposición cerril en el Congreso, nadie sabe qué recetas tiene el Partido Popular para salir del presente atolladero.
Cuando ya estaban escritas estas líneas me entero por la televisión de que ha dimitido Francisco Camps (“el hombre de los trajes gratis”), presidente (PP) de la Generalitat Valenciana por las secuelas de los famosos trajes. Más bien habría que escribir que ha sido dimitido por su gran amigo Rajoy. En su declaración, Camps se declara inocente, pero dimite (léase: se sacrifica) para no crear problemas a Mariano Rajoy en su carrera a La Moncloa. Ya se habla de cortafuegos de Rajoy que debe de estar pasándolo muy mal con el llamado caso Gürtel.
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