Me hubiese gustado comentar sobre el llamado caso del bar de Irán (Guipúzcoa) Faisán, (donde, al parecer, existía un núcleo dedicado a la extorsión de empresarios para que pagasen el llamado impuesto revolucionario). Confieso que me resulta imposible desenmarañar la madeja, en la que está todo revuelto: informes falsos de los terroristas para comprometer al ministro de Interior, Rubalcaba; dobles agentes, papel de la policía, supuestas acciones del Gobierno, inteligencia. En Alemania, en Inglaterra o Francia existen ovillos similares en otros campos relacionados con la seguridad del Estado, pero no se airean públicamente.
Lo que no acabo de entender son los ataques de la oposición, PP, a Rubalcaba, que está teniendo bastante éxito en la lucha contra ETA. Y no entiendo la táctica del PP de querer convertir, en contra de lo pactado, la difícil lucha antiterrorista en tema de la particular campaña electoral del señor Rajoy.
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