El 1 de Mayo es la fiesta mundial del trabajo y de la libertad desde la primera manifestación de los representantes sindicales norteamericanos y las fuerzas obreras. El 1 de mayo de1886 tuvo lugar en el Haymarket de Chicago la primera manifestación unida de trabajadores contra la opresión que sufrían. El resultado fue una masacre el 3 y 4 de mayo de 1886, en común acuerdo entre los fabricantes de maquinaria agrícola y la autoridad, después de la huelga convocada por los sindicatos en esa ciudad para exigir un salario más justo y la jornada laboral de 8 horas.
En las dictaduras fascistas y comunistas, el 1 de Mayo está prohibido o manipulado. En la URSS era una fiesta de exaltación del partido comunista y una ostentación del poder militar soviético. En la finca privada del “Caudillo”, nuestro país, el 1 de Mayo fue convertido con la cooperación de los Deportistas de las Sindicatos Verticales, Coros y Danzas de la Sección Femenina de la Falange y de la Iglesia Nacional Católica, en la festividad folklórica de San José Carpintero. Así se lavaba la cara el régimen fascista ante el Extranjero democrático.
Pero en todos los países con exiliados españoles, los sindicatos libres echaban una mano a sus amigos. Así, por ejemplo, en las principales ciudades europeas podía verse a los perseguidos por el franquismo desfilar tres grandes pancartas contra Franco y su inhumana dictadura. También podían verse ondear banderas republicanas e incluso, por la megafonía, en muchos lugares se oía el Himno de Riego.
En las dictaduras fascistas y comunistas, el 1 de Mayo está prohibido o manipulado. En la URSS era una fiesta de exaltación del partido comunista y una ostentación del poder militar soviético. En la finca privada del “Caudillo”, nuestro país, el 1 de Mayo fue convertido con la cooperación de los Deportistas de las Sindicatos Verticales, Coros y Danzas de la Sección Femenina de la Falange y de la Iglesia Nacional Católica, en la festividad folklórica de San José Carpintero. Así se lavaba la cara el régimen fascista ante el Extranjero democrático.
Pero en todos los países con exiliados españoles, los sindicatos libres echaban una mano a sus amigos. Así, por ejemplo, en las principales ciudades europeas podía verse a los perseguidos por el franquismo desfilar tres grandes pancartas contra Franco y su inhumana dictadura. También podían verse ondear banderas republicanas e incluso, por la megafonía, en muchos lugares se oía el Himno de Riego.
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