La Naturaleza y en ella la vida, no es uniforme. De cada cosa existen un sinnúmero de variedades que, en sí, todas tienen razón de ser, pero el ser humano con su inteligencia trata de poner orden cuando las variedades de la Naturaleza interfieren con la convivencia humana.
Hoy nadie niega sus derechos a los homosexuales, tan maltratados en Europa. España ha sido hasta hace relativamente poco un horror para los homosexuales: insultos, palizas, asesinatos (el más popular el de Federico García Lorca) o el linchamiento por los falangistas del gran cantante Miguel de Molina; (exiliado después en Argentina), Los homosexuales eran encarcelados bajo la sucia ley franquista contra “vagos y maleantes”. Hoy, en la España de la democracia, sobre todo en la derecha, aún perdura la postura contra los homosexuales (también contra lesbianas) y en la sociedad todavía existe una tácita corriente anti homosexual, pero la situación general viene a ser como en los demás países civilizados. En países árabes se ahorca a los “homos” y se lapida a lesbianas y a mujeres consideradas adúlteras.
Pero no podemos hablar sólo de tres sexos en la naturaleza. Existen los transexuales, personas condenadas a vivir en un cuerpo que no se corresponde con su auténtico sexo. No se trata ni de homosexuales ni de lesbianas, sino de personas que quieren vivir su intimidad personal no coincidente con su aspecto físico. La moderna cirujía está liberando cada vez más seres humanos, que se consideran encerrados en el calabozo del falso sexo. También en este caso persisten prejuicios sociales, que los medios de comunicación irán borrando.
Otro caso de diversidad sexual más peliagudo es el de los llamados “pederastas” o “pedófilos”, dos palabras griegas que significan “amor o atracción por los niños. Existe un extendido amor estético por los niños. Pero a la sociedad (me incluyo en ella) le repugna el abuso sobre menores, el acoso de su intimidad e inocencia, incapaz de defenderse. Ya escribí en su día que tal vez, las más de las veces, el pederasta no necesita cárcel, sino atención psiquiátrica y psicológica en complejo cerrado.
Existe otro apartado muy especial: los sodomitas, que hacen el amor con animales como las ovejas o las gallinas. ¿Una desviación sexual de la naturaleza? A mí personalmente me parece una suprema cachondez a falta de chichi. De todos modos no estaría de más un tratamiento psicológico.
Hoy nadie niega sus derechos a los homosexuales, tan maltratados en Europa. España ha sido hasta hace relativamente poco un horror para los homosexuales: insultos, palizas, asesinatos (el más popular el de Federico García Lorca) o el linchamiento por los falangistas del gran cantante Miguel de Molina; (exiliado después en Argentina), Los homosexuales eran encarcelados bajo la sucia ley franquista contra “vagos y maleantes”. Hoy, en la España de la democracia, sobre todo en la derecha, aún perdura la postura contra los homosexuales (también contra lesbianas) y en la sociedad todavía existe una tácita corriente anti homosexual, pero la situación general viene a ser como en los demás países civilizados. En países árabes se ahorca a los “homos” y se lapida a lesbianas y a mujeres consideradas adúlteras.
Pero no podemos hablar sólo de tres sexos en la naturaleza. Existen los transexuales, personas condenadas a vivir en un cuerpo que no se corresponde con su auténtico sexo. No se trata ni de homosexuales ni de lesbianas, sino de personas que quieren vivir su intimidad personal no coincidente con su aspecto físico. La moderna cirujía está liberando cada vez más seres humanos, que se consideran encerrados en el calabozo del falso sexo. También en este caso persisten prejuicios sociales, que los medios de comunicación irán borrando.
Otro caso de diversidad sexual más peliagudo es el de los llamados “pederastas” o “pedófilos”, dos palabras griegas que significan “amor o atracción por los niños. Existe un extendido amor estético por los niños. Pero a la sociedad (me incluyo en ella) le repugna el abuso sobre menores, el acoso de su intimidad e inocencia, incapaz de defenderse. Ya escribí en su día que tal vez, las más de las veces, el pederasta no necesita cárcel, sino atención psiquiátrica y psicológica en complejo cerrado.
Existe otro apartado muy especial: los sodomitas, que hacen el amor con animales como las ovejas o las gallinas. ¿Una desviación sexual de la naturaleza? A mí personalmente me parece una suprema cachondez a falta de chichi. De todos modos no estaría de más un tratamiento psicológico.
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