Cuenca y Albacete viven actualmente en la fiebre del AVE. En gruesos titulares se entusiasma la prensa local: “Ya somos AVE”, “Ya somos alta velocidad”. El AVE reduce la duración del viaje a Madrid desde Albacete por Cuenca en 45 minutos. Cuando el viajero llegue a Madrid y coja un taxi, estará de camino con el taxista casi una hora. Ahí no hay AVE que valga. Por cierto, taxistas: Por un extraño fenómeno, que debieran estudiar los sociólogos, parece como si un considerable número de taxistas españoles fuesen de extrema derecha. Apenas has subido al taxi empiezan sus peroratas antidemocráticas. Como ruido de fondo: la COPE. En el salpicadero llevan toda clase de símbolos: desde estampas de Jesús y Franco y otros santos hasta la bandera preconstitucional. Ellos, los taxistas, te observan a través del espejo retrovisor a ver cuál es tú reacción. Por una experiencia que hice yendo de Barajas a Madrid, he aprendido que lo mejor es poner cara de póker y no decir nada. Discutir con tales energúmenos no tiene sentido y el taxista puede frenar y echarte del coche. ¡Reclamaciones, al huerto! Aunque apuntes el número de la matrícula del facha, nadie es competente o prefiere no serlo.
Son maravillas las que se esperan del AVE Madrid-Valencia por Cuenca y Albacete. El ministro de Fomento, José Blanco, declaró en algún lugar, que España es el país puntero de alta velocidad en Europa. Si con ello dejamos de ser un país de segunda o tercera velocidad dentro de la Unión Europea y nos colocamos al lado de Alemania y Francia, países de primera velocidad en la UE, el Ave Madrid, Cuenca, Albacete, Valencia estaría más que justificado. Una cosa sí ha ganado, por su parte, la capital manchega, entre otras: la estación del AVE no tiene nada que envidiar a ninguna de las estaciones ferroviarias de lujo del mundo. Me queda una duda: ¿Tendrán los pobres y los parados alguna tarifa especial para el AVE? Como todo el mundo sabe, gracias al PP Valencia es una ciudad rica: un polo de atracción para los que no tienen nada o muy poco.
Son maravillas las que se esperan del AVE Madrid-Valencia por Cuenca y Albacete. El ministro de Fomento, José Blanco, declaró en algún lugar, que España es el país puntero de alta velocidad en Europa. Si con ello dejamos de ser un país de segunda o tercera velocidad dentro de la Unión Europea y nos colocamos al lado de Alemania y Francia, países de primera velocidad en la UE, el Ave Madrid, Cuenca, Albacete, Valencia estaría más que justificado. Una cosa sí ha ganado, por su parte, la capital manchega, entre otras: la estación del AVE no tiene nada que envidiar a ninguna de las estaciones ferroviarias de lujo del mundo. Me queda una duda: ¿Tendrán los pobres y los parados alguna tarifa especial para el AVE? Como todo el mundo sabe, gracias al PP Valencia es una ciudad rica: un polo de atracción para los que no tienen nada o muy poco.
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