“El caganer“. = El cagón. Una figurita que no puede faltar en estas fechas en ningún belén. Tiene su origen en la tradición campesina catalana. Su primera aparición tuvo lugar en los nacimientos ochocentistas, aunque muchos dicen que fue bastante antes. Lo cierto es que estas simpáticas reproducciones de un señor haciendo sus necesidades al aire libre, en cuclillas y con los calzones bajados, tienen un significado muy ecológico: los excrementos, como abono natural, fertilizan la tierra de los campos de una manera extremadamente económica (no en vano el “caganer” es catalán) para que éstos den una buena cosecha en el próximo año. Según los supersticiosos, el “caganer” es símbolo de prosperidad y trae suerte al que lo coloca y desventura a quien no lo pone en el belén. Esta característica figurilla, que se coloca en un lugar apartado del nacimiento, escondido detrás de un árbol, detrás de una casa de payés o de un pajar, iba al principio ataviada con el traje típico catalán: pantalones negros, camisa blanca, faja roja y barratina. Más tarde, el “caganer” se vistió de cura, de pastor y de legionario romano. Ahora está de moda que “el cagón” sea la réplica de un personaje famoso en el mundo del deporte o de la farándula e incluso de la política, nacional y extranjera. Por ello, este año no nos sorprende nada ver a una serie de jugadores del Barça o de la selección nacional defecando a sus anchas en algún lugar discreto (escondido debajo de un puente o detrás de un arbusto) de los belenes nacionales. Lo tradicional es que las figuritas estén fabricadas de barro, pero como son caras y se rompen con facilidad, han sido mayormente sustituidas por reproducciones de PVC, la mayor parte “made in China”.
Queridos lectores, hasta el día 27 de diciembre estaremos de vacaciones. Les deseamos unas muy felices Fiestas de Navidad.
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