“En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa”. = Esta frase tan derrotista y poco halagüeña sobre la capacidad intelectual del pueblo español, es una “perla” del gran ensayista, dramaturgo y poeta Antonio Machado (1875 – 1939). Cierto, la época en la que el insigne autor pronunció esas palabras tan derrotistas no daba precisamente mucha cabida al optimismo. Fue durante la II República y los enfrentamientos entre las dos Españas, que terminarían llevando al país a una sangrienta Guerra Civil, estaban al orden del día. Esa ignorancia, muchas veces disfrazada de mojigatería y otras de fanatismo político o religioso, que Antonio Machado siempre había denunciado en sus artículos de “La Vanguardia”, se ensañó con él, que la tuvo que sufrir de manera cruel en sus propias carnes. Machado, poco antes de la derrota final de la República por el bando nacional, consiguió llegar, ya muy enfermo, con su madre y otros familiares a Barcelona. No pudo quedarse mucho tiempo allí, con las tropas franquistas a punto de tomar la ciudad. El camino del exilio le llevó al pintoresco pueblecito francés de Collioure (cerca de Perpiñán), donde falleció el 22 de febrero de 1939. Su madre sucumbió a su pena tres días más tarde. Al parecer, llevaba un poema de su amado hijo siempre consigo que la acompañó en su último viaje. Machado nos dejó como legado algunas de las obras poéticas más bellas de la lírica española. Sus “Poesías Completas”, que se publicaron en tres partes (1917, 1928 y 1933), son de una extraordinaria belleza. Proscrito como autor durante el franquismo, fue el cantautor Joan Manuel Serrat quien, todavía en vida de Franco, tuvo la valentía de poner música a sus versos. En 1969 vio la luz el álbum “Dedicado a Antonio Machado, Poeta”. Esta recopilación de 12 sentidos poemas consiguió un gran éxito en todo el mundo hispanohablante y tiene el mérito de haber hecho llegar al gran público la obra de este gran poeta que, hasta entonces, había sido silenciado por la censura.
“A ojos vista”. = “A ojos vista”, evidentemente, la buena poesía está por encima de las querellas de los humanos.
“La razón se puede perder por las formas (los malos modos)”. = Quien tiene razón pero no sabe defenderla con buenos modales, termina perdiéndola.
“Encantador (a) de serpientes”. = Embaucador (a).
“Meter a alguien algo por los ojos”. = Intentar insistentemente que uno se interese por alguien (o por algo) que en principio le es indiferente.
“Pasarse de rosca”.= 1.- Pensar o darle vueltas a una cosa en la cabeza, hasta el extremo que la cosa pierde su importancia y se convierte en pensamiento obsesivo.-2.- Extralimitarse, exagerar.
“Se le ha ido la olla por Camboya”. = Se ha vuelto chalado (a).
“Echar el rato”. = Pasar el tiempo.
“Esto me disloca”. = (Neologismo) Me vuelve tarumba, me descoloca.
“Esto me repatea”. = Me sienta muy mal, me pone de muy mal humor.
“A la chita callando”. = Silenciosamente, sin decir ni pío. También: furtivamente, a escondidas, con disimulo..
“A ojos vista”. = “A ojos vista”, evidentemente, la buena poesía está por encima de las querellas de los humanos.
“La razón se puede perder por las formas (los malos modos)”. = Quien tiene razón pero no sabe defenderla con buenos modales, termina perdiéndola.
“Encantador (a) de serpientes”. = Embaucador (a).
“Meter a alguien algo por los ojos”. = Intentar insistentemente que uno se interese por alguien (o por algo) que en principio le es indiferente.
“Pasarse de rosca”.= 1.- Pensar o darle vueltas a una cosa en la cabeza, hasta el extremo que la cosa pierde su importancia y se convierte en pensamiento obsesivo.-2.- Extralimitarse, exagerar.
“Se le ha ido la olla por Camboya”. = Se ha vuelto chalado (a).
“Echar el rato”. = Pasar el tiempo.
“Esto me disloca”. = (Neologismo) Me vuelve tarumba, me descoloca.
“Esto me repatea”. = Me sienta muy mal, me pone de muy mal humor.
“A la chita callando”. = Silenciosamente, sin decir ni pío. También: furtivamente, a escondidas, con disimulo..
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