miércoles, 29 de diciembre de 2010


“La manzana de la discordia”. = Algo que es motivo u objeto de disputa. Tenemos que remontarnos a la mitología griega para poder comprender esta frase que se ha conservado en la mayoría de las lenguas europeas hasta nuestros días. Según la leyenda, en la boda de Tetis, ninfa del mar (que sería más tarde la madre de Aquiles), con Peleo, rey de los Mirmidones, se produjo un hecho que tendría graves consecuencias. La diosa de la discordia Eris, muy enfadada por no haber sido invitada a la celebración, se presentó de sopetón en la fiesta y, como su particular venganza, puso sobre la mesa una manzana de oro con la inscripción “para la más bella”. Inmediatamente, las diosas Hera, Atenea y Afrodita comenzaron a disputarse la manzana entre sí. Fue tal el revuelo, que el dios Zeus (también conocido como Júpiter), jefe máximo del Olimpo, tuvo que intervenir y decidió que fuese un mortal el que tomase la decisión final. Su elección recayó en Paris, hijo del rey de Troya, quien hasta entonces había vivido muy tranquilo pastoreando sus rebaños y no sabía la que le esperaba. Fue precisamente ese modo bucólico de vida, alejado de intrigas palaciegas, lo que hizo que Zeus se fijase en él y le considerase lo suficientemente imparcial como para emitir un veredicto justo. Zeus envió al dios mensajero Hermes (Mercurio) en su busca y cuando Paris llegó al Olimpo, las tres diosas intentaron convencerle con toda clase de dádivas y posibles dones de que cada una de ellas era la más indicada. Al final, Paris se decidió por Afrodita, quien le había ofrecido el amor de la mujer más bella del mundo como premio si la elegía a ella. Con lo cual el desastre estaba servido. Afrodita cumplió su promesa, pero lo que no sabía Paris era que, la bellísima mujer de la que se iba a enamorar, iba a ser el motivo de una sangrienta guerra, la guerra de Troya. Paris no tuvo otra cosa mejor que hacer que enamorarse locamente de Helena, esposa del rey de Esparta, Menelao, a quien conoció casualmente con motivo de una visita a dicho rey. Paris, después de haber pasado sólo una noche en el palacio de Menelao, raptó a la bella Helena y se la llevó a Troya. El resto es de sobra conocido por todos.

„Esotérico“. = Que pertenece al mundo de ‚lo oculto’.

“Exotérico”. = Común. Lo contrario de esotérico.

“Desenvolverse”. = Saberse mover en determinados círculos. Saber arreglárselas.

“Entre todos la mataron y ella se murió de gorda” (También: “Entre todos la mataron y ella sola se murió). = Se dice cuando ha habido un error y todos niegan haberlo cometido.

“Si cumples tu cometido comerás pan” = Todo trabajo es remunerado (o por lo menos así debiera ser).

“El chau-chau”. = Los rumores.

“Radio Macuto” = Antes vox populi (voz del pueblo); ahora, chismorreos, cotilleos que van de boca en boca.

“No ir por ahí los tiros”. = Tratarse de otra cuestión, aunque aparentemente se la mencione.

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