“Las uvas de la suerte“. = Una de las tradiciones en fechas navideñas más simpáticas y con más arraigo popular es comer las 12 uvas al sonar las 12 de la noche del 31 de diciembre, “Nochevieja”. Se les llama “uvas de la suerte” porque según la vox populi el que sea capaz de comerse las 12 uvas, una por cada campanada del reloj de la antigua Casa de Correos de Madrid, en plena Puerta del Sol, conseguirá atraer la fortuna para todo el año siguiente. No hay que perder el ritmo que marca el reloj de la Puerta del Sol, que es su nombre más castizo. Una bola en lo alto del reloj baja 35 segundos antes de las doce, mientras suena el carrillón. Le siguen cuatro campanadas dobles que representan los cuatro cuartos y, a las doce en punto, cada tres segundos, se escuchan las doce campanadas.
Cuentan las crónicas que la costumbre se remonta a 1909, año en el que los agricultores del Alto Vinalopó, en la provincia de Alicante, se encontraron con un enorme superávit en la cosecha de uva y en su desesperación al ver que no daban salida al producto, se les ocurrió la genial idea de crear una leyenda en torno a las 12 uvas (una por mes) y la suerte que presuntamente gozarían durante el año siguiente todos aquellos que las consumiesen en Nochevieja. La creencia popular de “las uvas de la suerte” se extendió por toda España para después saltar el charco y llegar hasta Hispanoamérica, donde hoy no pueden faltar en ninguna mesa, ni pobre ni rica.
Aunque, brujuleando por Internet, he podido leer muchas páginas que indican que, ya con anterioridad, se celebraba la llegada del nuevo año en la Puerta del Sol y mencionan el año 1896 como posible inicio de esa típica usanza. Al parecer, un grupo de madrileños decidieron burlarse de la costumbre de las clases pudientes que tomaban uvas y champán en su cena de Nochevieja y acudieron en masa a la Puerta del Sol para tomar las uvas al son de las campanadas del reloj.
Desde que tengo uso de razón, en todos los hogares españoles se oía la retransmisión de las doce campanadas en directo por la radio (RNE). A partir de 1962 fue Televisión Española quien tomó el relevo. En la actualidad, todos los canales de televisión, sean estatales, privados o autonómicos, se disputan el favor de los telespectadores de la última noche del año, aunque por ahora sigue siendo La 1, con su retransmisión de las 12 campanadas desde la Puerta del Sol, quien se lleva el gato al agua consiguiendo siempre la mayor cuota de audiencia.
Desde que tengo uso de razón, en todos los hogares españoles se oía la retransmisión de las doce campanadas en directo por la radio (RNE). A partir de 1962 fue Televisión Española quien tomó el relevo. En la actualidad, todos los canales de televisión, sean estatales, privados o autonómicos, se disputan el favor de los telespectadores de la última noche del año, aunque por ahora sigue siendo La 1, con su retransmisión de las 12 campanadas desde la Puerta del Sol, quien se lleva el gato al agua consiguiendo siempre la mayor cuota de audiencia.
Lo que aquí son “uvas de la suerte” se convierten en Italia en lentejas. Allí es tradición en la noche de San Silvestre (Nochevieja) cenar lentejas con "cotecchino" o con "zampone", unos embutidos especiales que antes se preparaban en casa pero que ahora se pueden comprar precocidos para que el ama de casa no tenga que trabajar tanto esa noche. La tradición dice que, los que cenen lentejas, tendrán dinero y suerte todo el año. Y algunos supersticiosos apartan unas pocas lentejas guisadas, las dejan secar y las guardan en una bolsita de plástico que introducen en el monedero y las llevan hasta el año siguiente consigo.
En este orden de ideas, que tengan un ¡¡¡MUY FELIZ 2011!!!
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