España es campeona del mundo en fútbol. Es un acontecimiento que emociona profundamente a los españoles y que ha hecho el milagro, aunque sólo sea por unos días, de que todos sientan una España de la que estar orgullosos, así como los españoles de todas las regiones se sienten, bajo la emoción de la proeza deportiva, españoles. Toda España unida en un sueño, que, con mucho esfuerzo atlético, se ha hecho realidad.
Ahora, todos están orgullosos de España y de ser españoles, hasta que no lo estropeen los políticos de derechas, con su afán de una España uniformada a la fuerza. Las grandes naciones las crea una ilusión comúnmente compartida y su unidad es voluntaria. Se es francés porque Francia es una gran nación. España también puede ser una gran nación si se deja a los españoles que sean de su patria chica, sin renegar por eso de la “patria grande”.
El deporte, el fútbol, el entusiasmo y entrega de La Roja han contribuido a que todo el mundo hable ahora con admiración de nuestro país. No sólo se cuenta en la comunidad internacional por la política o la economía, sino también por las grandes gestas deportivas. En fútbol, en tenis y en las carreras de moto, España es entretanto “una gran potencia”. Una auténtica gran potencia podríamos serlo con buenos políticos y también sin una oposición, que no hace más que tirar piedras a nuestro propio tejado.
¡Adelante España!
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