Siempre a las órdenes del Führer.
La Lufthansa alemana, una empresa modelo de la República Federal, fue fundada de nuevo en 1955. Un documental en la televisión muestra, sin embargo, que sus raíces se hunden profundamente en la época del nacionalsocialismo, escribe Hubert Spiegel.
“Casi ningún trabajador forzoso de la Lufthansa ha sido indemnizado hasta hoy. Tampoco en la aviación civil alemana ha habido una “hora cero”. La Lufthansa alemana, una de las compañías aéreas más prestigiosas del mundo, se adorna con un viejo emblema e invita a los llamados “vuelos tradicionales” con el legendario Ju 52, aunque este avión no ha estado nunca operativo después de 1955. Pero los posteriores directores de la compañía.no quieren, a ser posible, tener nada que ver con la “prehistoria”, la historia de la antigua Lufthansa alemana, fundada en 1926. Tienen y tenían hasta hoy sus motivos.
No obstante, la vieja Lufthansa también puede exhibir éxitos increíbles. ¿Cómo fue posible que la empresa fundada en 1926 en el plazo de pocos años se convirtiera en la mayor compañía aérea del mundo y transportara más pasajeros que la competencia en EE UU? ¿Cómo puede explicarse que en medio de la Segunda Guerra Mundial trabajasen en Lufthansa unas 16.000 personas, de las cuales sólo 300 pertenecían al personal de vuelo. Y ¿por qué en los balances de la empresa era incluida la fuente de ingresos, a veces más importante, en una rúbrica con la designación de “varios”.
Tales acuciantes preguntas se las formula el cineasta Christoph Weber en su documental: “Volar es Vencer”. La historia de la Lufthansa alemana, relegada al olvido”. Weber ha solicitado también respuestas de la Lufthansa, pero la compañía se atrinchera y se retira a una posición formal. Dicen que la Lufthansa alemana, constituida de nuevo en 1955, es la dirección equivocada, pues no tiene nada que ver con la homónima empresa antecesora. Jurídicamente no puede objetarse nada al respecto, pero quién crea que la Lufthansa ha hallado con eso una posición cómoda, no ha visto todavía le película de Weber .
El documental comienza en 1926 con la fundación de la Lufthansa en la que detrás estuvieron activos banqueros del Deutsche Bank, como expone el historiador norteamericano Harold James, especializado en historia empresarial. Pronto surge un estrecho contacto con el partido nazi NSDAP. La Lufthansa pone a disposición del partido aviones para mítines electorales y con ello le procura una ventaja frente a la competencia. Juega un papel esencial en los planes de Hitler de reconstruir el ejército (Wehrmacht) e introduce a gran número de jóvenes pilotos en sus supuestos programas de formación civil. Su red mundial de líneas está también tejida bajo puntos de vista estratégicos bélicos. La “Lufthansa se convierte en la “aviación en la sombra” de los nacionalsocialistas. Posteriormente, cuando los jóvenes pilotos llevan a cabo sus misiones en el frente, la Lufthansa repara los aviones. Los millones que gana con ello se registran como “varios”. Hasta el día de hoy un manto de silencio se extiende sobre las personas, que tuvieron que realizar una gran parte de estos trabajos.
Hasta diez millones de personas fueron obligadas por los nazis a trabajos forzosos. La cifra corresponde aproximadamente al volumen de todo el comercio de esclavos practicado durante siglos con África y Sudamérica, según expone el historiador de Friburgo, Ulrico Herbert. Que empresarios alemanes dijeran a menudo después de la guerra que habían partido de la base de que sus trabajadores habían acudido voluntariamente y que les iba mejor en las fábricas y campamentos que en sus países de origen, es calificado por Herbert como el clásico argumento de los tratantes de esclavos en la turbia tradición del siglo XIX. Es la argumentación con la que se defendió, en su proceso en Nuremberg, Erhard Milch, jefe de la junta directiva de la Lufthansa alemana y como secretario de Estado, el suplente de Göring. Milch, uno de los más importantes dirigentes industriales del Tercer Reich, fue condenado a cadena perpetua y puesto en libertad ya en 1954. Un año más tarde presidía la nueva Lufthansa alemana alguien a quien Milch conocía muy bien: se trataba de Kurt Weigelt, antiguo colega de Milch en la junta directiva, que participó ya en 1926 en la primera fundación de la compañía aérea..
La Lufthansa explotó al parecer a unos 10.000 trabajadores forzosos. Apenas uno de ellos ha recibido hasta la fecha una indemnización, A muchos les faltan los documentos requeridos, que probablemente se encuentren en el archivo de la empresa. La Lufthansa se niega a informar. Weber y su equipo han mantenido conmovedoras conversaciones con supervivientes. Lufthansa no se inmuta. El historiador Lutz Burdrass puso al día por encargo de la empresa la antigua historia de la compañía, pero su manuscrito
no fue publicado…”
Autor: Hubert Spiegel.
Fuente: Tageschau.de
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