En su edición de ayer, bajo el título "La metamorfosis de Zapatero", comentaba La Verdad en su editorial:
"La socialdemocracia europea no ha conseguido establecer un corpus ideológico desde el hundimiento del socialismo real. La 'tercera vía' de Giddens y Blair fue un primer ensayo de acomodar el progresismo a la ortodoxia neoliberal y, sobre estos mimbres, la 'nueva vía' con la que irrumpió Rodríguez Zapatero en el viejo PSOE aportaba nuevas ideas útiles al centro-izquierda. Consistía en la concepción de la libertad como no dominación y en una ampliación de derechos civiles, así como en la aceptación de las pautas económicas neoliberales -'bajar impuestos es de izquierdas'- aunque con énfasis en las políticas sociales, en la ampliación del Estado de Bienestar. La recesión, en una Europa dominada por el centro-derecha, ha truncado completamente aquella trayectoria. Zapatero trató de encarar la crisis por medios keynesianos -políticas expansivas con cargo al déficit-, pero pronto el consenso europeo le ha forzado a regresar precipitadamente a la estabilidad, so pena de ser castigado por la desconfianza de los mercados y poner en riesgo la solvencia de España. La metamorfosis ha sido completa y seguramente dolorosa, como dio a entender Zapatero en el Debate sobre el estado de la Nación. La recuperación rápida de los equilibrios ha forzado un duro ajuste que lesiona a sectores modestos de la sociedad e impide actuar con eficacia contra el lacerante desempleo, al tiempo que obliga a realizar reformas estructurales desreguladoras, liberales. Zapatero no tenía otra opción: o adoptaba enérgicamente estas decisiones, que arruinaban su imagen progresista -su ausencia de Rodiezmo es todo un símbolo-, o nuestro país podía descolgarse del ámbito de prosperidad europeo. El viraje ha dejado a Zapatero en una sombría soledad. Como es lógico, las formaciones de izquierdas le dan la espalda y conspiran para adueñarse de parte de su electorado. El nacionalismo catalán, irritado por el relativo fracaso del Estatuto y por la larga travesía del desierto en la oposición en Cataluña, no está por asegurar la gobernabilidad. Y el PNV, siempre dispuesto a mercadear, pondrá esta vez un precio muy alto a su apoyo. Muchos equilibrios tendrá que hacer Zapatero para no verse obligado a convocar elecciones anticipadas".
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