Estos días, con el trasfondo de las medidas de austeridad a causa de la crisis provocada por el neocapitalismo, estamos viendo manifestaciones y huelgas en diversos puntos de España, (en el País Vasco, algunos sindicatos en realidad combaten directamente al Gobierno), incluida la huelga salvaje en el “Metro” de Madrid. UGT y CC. OO. hacen también sus pinitos preparando la anunciada huelga general en septiembre.
Los sindicatos, y en especial UGT y CC OO, tendrían que recapacitar mucho sobre el sentido de estas huelgas y de la huelga general. Están luchando contra un gobierno de izquierdas, que ha tenido que plegarse a las presiones de la Unión Europea para adoptar las mismas medidas de ahorro que los restantes países de la UE, con gobiernos conservadores. El socialista Rodríguez Zapatero no podía soslayar las medidas, que le exigían los países europeos gobernados por partidos hermanos del PP. Zapatero está procurando que los trabajadores no sufran demasiado con los recortes. El PP en el gobierno habría implantado medidas de reducción todavía más severas que el PSOE sobre todo en los sectores de los salarios, los impuestos y la Seguridad Social, y se hubiese preocupado más por el bienestar de los grandes capitales nacionales, de las grandes empresas y de los bancos. Como justificación habría señalado a los gobiernos conservadores de la Unión Europea, y, sobre todo, a Alemania, el país más exigente por ser el que más aporta a las finanzas de la Unión Europea.
¿Quiere la Unión General de Trabajadores (UGT) de Pablo Iglesias derribar a un socialista de un Gobierno que se preocupa más por la clase trabajadora que los conservadores? No sé cuáles son los esquemas mentales y políticos que mueven a Comisiones Obreras a oponerse al gobierno socialista (por su parte, Llamazares esta vez no me convenció en el Congreso, le creía más inteligente).
Con las huelgas, tal como están planteadas, solamente se favorece a la derecha, a Rajoy, que ya espera agonioso el derribo del Gobierno de Zapatero, nuevas elecciones y ser él el próximo presidente del Gobierno (con la paradójica ayuda de UGT y CC OO). ¿Qué harían las débiles centrales sindicales (de escasa filiación) con el PP en el poder? ¿Van a poder defender los intereses de los trabajadores mejor que con un socialista en el gobierno? Además, huelgas contra el Gobierno del PSOE sólo ayudan al neocapitalismo, en su afán de suprimir al Estado de Bienestar, a acabar con el socialismo o la socialdemocracia, que, hay que decirlo, se han dormido sobre los laureles. Además de la pequeña Grecia, España es el único país de Europa Occidental con un gobierno de izquierda. La Península Ibérica tiene envergadura dentro de la UE y de cara a Latinoamérica.
El enemigo no es José Luís Rodríguez Zapatero, señores funcionarios de UGT y CC OO. El enemigo es el neoconservadurismo, el neoliberalismo, que con la crisis provocada ha iniciado una nueva fase para el dominio total del mundo por el capital. Los sindicatos españoles y los demás sindicatos europeos deberían coordinar mejor, (además de la socialdemocracia), su defensa de la responsabilidad social del capital y el justo reparto de la riqueza. Ese debería ser el mensaje de la huelga general de los trabajadores de la UE en septiembre, compartido por UGT y Comisiones Obreras.
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