sábado, 17 de marzo de 2012

Pincelada: "La mujer vampiro"


No me lo podía creer, pero era cierto. Ahí estaba ESO, ese ser monstruoso que parecía salido de una película de terror y que inspiraba miedo y repugnancia a la vez. Los ojos penetrantes como puñales debajo de una frente con incipientes cuernecillos. Los incisivos largos y afilados como los caninos de Drácula. Y para rematar el conjunto, toda la cara y el cuerpo cubierto de tatuajes, por no hablar de esas uñas que parecen más bien las zarpas de una pantera.

No, no les estoy describiendo el primer premio de máscaras de Halloween, sino un caso tan real como la vida misma: una persona que por una aberración extrema del gusto ha ido adquiriendo poco a poco el aspecto de una criatura extraterrestre, de una diablesa venida a la tierra (o, al menos, como nosotros nos imaginamos que tendría que ser su apariencia física si la “el maligno” existiese de verdad).

El siniestro personaje al que me estoy refiriendo es una mexicana, María José Cristerna, abogada y tatuadora por más señas, aunque más conocida en los medios como “la mujer vampiro”. Esta una mujer de 36 años es madre de cuatro niños y asegura llevar una “vida normal”. Como todas las madres, se levanta temprano para preparar el desayuno y llevar a sus hijos al colegio

Con su extravagante apariencia, fruto al parecer del deseo de reinventarse a sí misma después del matrimonio-pesadilla que vivió desde los 17 años al lado de su ex marido maltratador, María José ha conseguido llamar la atención de la prensa, nacional e internacional. Incluso la afamada revista y cadena de televisión “National Geographic” se fijó en ella y realizó un reportaje sobre su vida para el programa “Tabú”.

Su extraña forma de liberación la ha llevado a tatuarse el cuerpo casi al completo y a realizarse numerosas perforaciones en el rostro. Además, para completar el cuadro, se ha hecho implantes de titanio debajo de la piel de la frente, formando unas pequeñas protuberancias parecidas a los cuernos de una joven cabrita. Según dice, su próxima meta es implantarse más cuernos detrás de la cabeza.

En una entrevista concedida a los medios de comunicación, María José hizo las siguientes declaraciones:

“Yo sufrí en carne propia el maltrato familiar y, a raíz de eso, en mi vida personal hubo muchos cambios. El principal es que soy feliz de ser lo que soy. Lo único que quise con esto fue sacar el interior hacia el exterior, esto termina de esta manera”. Y prosiguió: “Busco lo que quiero pero con responsabilidad, soy madre de cuatro hijos y soy una persona responsable y todo lo que hago trato de que no tenga ni una consecuencia”.

Es extraño que un matrimonio traumático deje secuelas semejantes en el alma, al menos yo es la primera vez que lo oigo. Pero cada cual es el artífice de su propia felicidad y la forma de labrársela depende de cada uno. Entretanto, no sería nada raro que los manifiestos problemas sicológicos de esta señora los hubiesen heredado de alguna forma sus hijos, que no tienen la culpa de nada.
Margarita Rey

3 comentarios:

  1. es hermosa ! ... su belleza aun se puede apreciar !!

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  2. Me da tristeza de saber q esos niños tengan una madre así, tomo mala decisión con su cuerpo y vida si supiera lo horrible Que se ve, ya se hubiera enterrado viva.Ella piensa q lo q le sucedió sobre maltrato se debe torturar y así no es pobres niños q mamà les tocó tan decepcionante.mucha tristeza de ver el desorden que hay en este mundo.Dios debe estar muy triste con esto q están haciendo las personas

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