Este fin de semana pudimos leer en la prensa francesa una noticia tragicómica, que les ofrecemos a continuación, traducida, y en versión abreviada.
En el centro de la ciudad de Toulouse la policía se llevó con la grúa municipal una furgoneta que estaba estacionada en una zona reservada para los vendedores que participaban en el mercadillo semanal y que entorpecía el acceso al mismo. Lo que no sabían los agentes de tráfico es que se trataba de un transporte funerario y que, en el interior del vehículo, se encontraba un ataúd con difunto incluido. Se trataba de un portugués que había fallecido en Francia y que iba a ser transportado a su país de origen para ser enterrado allí.
Antes de llamar a la grúa, los gendarmes (que habían sido avisados por algunos propietarios de puestos que no podían acceder a su lugar de trabajo) intentaron localizar sin gran éxito al dueño, sirviéndose del número de la matrícula de la furgoneta (que exteriormente no llevaba nada que la identificase como transporte funerario). El intento de ojear a través de los cristales de la ventanilla tampoco les dio ninguna pista sobre el dueño. Lo único que pudieron ver fue la gran cantidad de flores que recubría (y escondía) el féretro. Ante las protestas de los vendedores y la imposibilidad de contactar con el titular del vehículo, los agentes decidieron llevárselo al depósito.
Cuando el chófer, que de camino a Portugal se había alojado en un hotel cercano para pasar la noche, intentó continuar su viaje, se encontró con la gran sorpresa de que la furgona había desaparecido. Y, preguntando a los comerciantes del mercadillo, se enteró de lo sucedido.
Por fin, esa misma mañana, el buen hombre pudo recuperar su vehículo con carga incluida. No sin antes pagar 35 euros por bloquear el acceso a una zona de trabajo y 89,90 euros por gastos de transporte y depósito.
Seguro que lo sucedido le sirve de lección al conductor para fijarse en el futuro un poco más dónde aparca su vehículo, con o sin contenido.
En el centro de la ciudad de Toulouse la policía se llevó con la grúa municipal una furgoneta que estaba estacionada en una zona reservada para los vendedores que participaban en el mercadillo semanal y que entorpecía el acceso al mismo. Lo que no sabían los agentes de tráfico es que se trataba de un transporte funerario y que, en el interior del vehículo, se encontraba un ataúd con difunto incluido. Se trataba de un portugués que había fallecido en Francia y que iba a ser transportado a su país de origen para ser enterrado allí.
Antes de llamar a la grúa, los gendarmes (que habían sido avisados por algunos propietarios de puestos que no podían acceder a su lugar de trabajo) intentaron localizar sin gran éxito al dueño, sirviéndose del número de la matrícula de la furgoneta (que exteriormente no llevaba nada que la identificase como transporte funerario). El intento de ojear a través de los cristales de la ventanilla tampoco les dio ninguna pista sobre el dueño. Lo único que pudieron ver fue la gran cantidad de flores que recubría (y escondía) el féretro. Ante las protestas de los vendedores y la imposibilidad de contactar con el titular del vehículo, los agentes decidieron llevárselo al depósito.
Cuando el chófer, que de camino a Portugal se había alojado en un hotel cercano para pasar la noche, intentó continuar su viaje, se encontró con la gran sorpresa de que la furgona había desaparecido. Y, preguntando a los comerciantes del mercadillo, se enteró de lo sucedido.
Por fin, esa misma mañana, el buen hombre pudo recuperar su vehículo con carga incluida. No sin antes pagar 35 euros por bloquear el acceso a una zona de trabajo y 89,90 euros por gastos de transporte y depósito.
Seguro que lo sucedido le sirve de lección al conductor para fijarse en el futuro un poco más dónde aparca su vehículo, con o sin contenido.
¡Madre de Dios! ¿Pero este hombre no se planteó la posibilidad de que esto ocurriera, al estacionar indebidamente? ¿No sabía que, en cuestión de multas, los franceses no se andan con tonterías? Si yo fuese la viuda del finado, la que le iba a caer al conductor es de agárrate y no te menees.
ResponderEliminar