Mientras 'El Mundo' y 'ABC' hablan de "fracaso sindical" y "huelga poco general", 'El País' y la prensa catalana destacan el aviso a Rajoy
La repercusión y seguimiento que tuvo la huelga general del 29-M tiene este viernes interpretaciones muy diferentes según el diario que se lea. Mientras diarios como El Mundo, ABC o La Razón minimizan el impacto de la protesta ciudadana contra la reforma laboral que ha aprobado el Gobierno de Mariano Rajoy, El País, Ara o El Periódico de Catalunya optan por destacar que las masivas manifestaciones suponen un "aviso a Rajoy". Todos coinciden en llevar a sus portadas los disturbios que protagonizaron grupos violentos en Barcelona.
Los diarios de la derecha mediática optan por hacer un balance negativo del seguimiento de la huelga. Así, ABC titula en su portada Huelga poco general. Más contundentes son El Mundo y La Razón; el primero habla de Derrota sindical y esgrime el dato del consumo eléctrico para afirmar que el seguimiento "fue menor que en la huelga contra Zapatero", mientras que el segundo titula 29-M: día laborable. También La Gaceta afirma sin tapujos Fracasa la huelga, ganan los camorristas.
El País asegura que la huelga "triunfó en la industria y el transporte, pero apenas afectó al comercio" y que "centenares de miles de personas rechazan la reforma". El diario del grupo Prisa titula en su portada: Los sindicatos amenazan a Rajoy con un conflicto social creciente. En la misma línea, Ara titula Aviso a Rajoy y subraya que "los violentos reventan la protesta". El Periódico de Catalunya juega con un doble titular en el que por una parte afirma que La calle aprieta y por otra apunta que Rajoy no para. El diario afirma que la huelga triunfó en sectores claves y que las manifestaciones fueron masivas, pero recuerda que el Gobierno declara imparable su agenda de reformas.
LOS VIOLENTOS, EN PORTADA
La Vanguardia habla de Huelga parcial y destaca que "los violentos vuelven a sembrar el caos en el centro de Barcelona, mientras que El Correo titula La gran huelga no mueve a Rajoy y subraya que "Euskadi vive el mayor paro en una década con manifestaciones multitudinarias".
Todos los rotativos del país llevan a su portada los disturbios que grupos de violentos protagonizaron en el centro de Barcelona. El Mundo lleva una foto de los incidentes con el título Barcelona: saqueos, incendios y agresiones de los antisistema. El País también incluye una imagen de los incidentes y afirma que Los actos vandálicos empañan un día sin apenas violencia. El Periódico afirma: Barcelona, víctima de los violentos, y La Vanguardia dedica a este asunto su foto de portada con el titular Los violentos vuelven a sembrar el caos en el centro de Barcelona.
Fuente: El Periódico
Una huelga más general de lo que se esperaba
Si el objetivo de los sindicatos era paralizar el país, en la huelga general de este jueves contra la reforma laboral, la verdad es que no lo han conseguido, aunque sus datos hablen de un paro por encima del 77 por ciento en todo el país, con la paralización de industrias claves como la del automóvil, grandes polígonos industriales, la totalidad de los puertos, y la construcción , al tiempo que ha sido parcial la adhesión a la huelga del sector servicios, la enseñanza, la sanidad, el sector de la distribución y el pequeño comercio, probablemente el más afectado por la acción de los llamados piquetes informativos. De todas formas, más de lo que se esperaba.
Si al otro lado de la trinchera, el Gobierno apostaba a un fracaso total de los sindicatos, por una convocatoria precipitada e inoportuna por la situación crítica que vive el país y por la desconfianza con la que Europa contempla la evolución de los acontecimientos en nuestro país (la Bolsa, por octavo día consecutivo ha vuelto a bajar, y la prima de riesgo, ha vuelto a subir colocándose en los 365 puntos, mientras siguen los malos augurios sobre futuros e hipotéticos rescates), la apuesta ha fracasado porque la movilización de este jueves ha sido similar a la de la huelga general contra la reforma laboral del gobierno de Rodríguez Zapatero en septiembre de 2010, aunque todo el interés informativo gubernamental, en un auténtico caos y falta de coordinación oficial, ha sido puesto en que el efecto de la convocatoria ha sido menor (por el consumo de energía eléctrica, algo que depende de la hora en que se produzca la comparación) que el paro del 2010. En resumen: una huelga similar a la que vivió Zapatero hace dos años, y de menor calado que la que tuvo que hacer frente José María Aznar para protestar contra la reforma del seguro de desempleo.
Probablemente, para minimizar el impacto de la jornada, quien se ha encargado de dar la cara en nombre del Gobierno (¿qué hacia la secretaria de Estado de Comunicación Carmen Martínez Castro de guardia enclaustrada en el Palacio de la Moncloa? ¿Qué hacia la Ministra de Empleo Fátima Báñez, la que más grita en el Parlamento, compareciendo fugazmente y, desapareciendo de escena durante toda la jornada?), ha sido la directora general de Política Interior del Ministerio de Jorge Fernández Díaz, Cristina Díaz, que se ha limitado a leer unos datos parciales, dispersos y nada valorativos , que le habían escrito de antemano , y eso sí, sin admitir ningún tipo de preguntas, para conocer la opinión del Gobierno sobre las consecuencias que puede tener el paro y, sobre todo, las movilizaciones de miles y miles de ciudadanos en más de medio centenar de ciudades de toda España en una protesta que ha alcanzado una mayor intensidad que todas las convocatorias anteriores.
Con mucha más presencia policial que en anteriores huelgas generales, con más contundencia que en otras ocasiones, probablemente porque grupos aislados, especialmente en Barcelona, donde proliferan los antisistema, han actuado con más violencia que en otros movilizaciones, en un intento de que la imagen fuera, se parezca lo más posible a Grecia (una bandera de Grecia ha presidido muchos actos en la Ciudad Condal) con quema de contenedores, asaltos a tiendas, destrozos de cristales en sucursales bancarias, y barricadas en verdaderas escenas de guerrilla urbana o “kale borroka”.
Al final, el peor balance de todos: 58 policías heridos, frente a sesenta manifestantes y casi doscientos detenidos.
Fuente: República (republica.com) - Opinión
Autor: José Oneto
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