„¡Quien te ha visto y quien te ve!“
Puede utilizarse en dos sentidos. El negativo: lástima por ver a alguien que era apuesto, aseado, elegante, etc., hecho una birria, débil, zarrapastroso o caído en desgracia. El positivo: ver a alguien a quien le iba mal, con signos externos de riqueza; rebosando salud y dinero.
“Pelar la pava” es un dicho de nuestros bisabuelos, abuelos y padres de mi generación. Significa hablar con la amada, con la novia, generalmente de cosas cariñosas, a través de las rejas de una ventana. En aquellos tiempos, las chicas tenían prohibido salir por la noche con los novios y los novios no podían entrar en la casa de sus amadas. En aquellos tiempos, las madres vigilaban estrechamente a sus hijas para evitar que estuviesen solas con su novio. Tenían miedo a que hubiese relaciones sexuales y que la “niña” quedase embarazada. Todavía en los sesenta, ser madre soltera era un oprobio social y una deshonra para toda la familia.
“Bailarle a uno el agua”
Ser zalamero con alguien porque se espera de él algún favor: una colocación, un ascenso o un aumento de sueldo. Es lo mismo que “hacerle a alguien la pelota”.
“Dar coces contra el aguijón”
Obstinarse en enfrentarse con una fuerza superior, con algo que puede más que nosotros y que nos hará daño. El aguijón se refiere al de las avispas,
“De cornada de burro no muere”.
Ser demasiado precavido, demasiado prudente, que evita cualquier riesgo. Ser hipocondriaco.
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