Científicos norteamericanos han descubierto con el ADN que hubo cruces entre la especie humana neadertal y la especie superior del homo sapiens, de suerte que la humanidad actual también tiene genes de los neandertales, es decir, son nuestros lejanos parientes.
El “hombre” neandertal fue descubierto en el pueblo de Neanderthal, cerca de Düsseldorf (Alemania) Vivieron en Francia, España, Italia, la extinta Yugoslavia, Irak y China, durante 200.000 años, hasta su misteriosa desaparición hace 30.000 años.
Existen varias teorías para explicar el enigma de la desaparición de los neandertales, que coincide con la llegada a Europa, hace 40.000 años, de los primeros humanos modernos, el homo sapiens, que procedían de África. También aparecieron los llamados hombres de Cromañón (Francia), que ya fabricaban diversidad de utensilios de la piedra, hueso, marfil, usando también joyas y adornos de concha y hueso.
Según las diversas teorías, los neandertales desaparecieron por las diferentes formas de vida. La eliminación habría sido consecuencia de la competición económica (como vemos, la economía, eso que nos atormenta, es tan antigua como la humanidad) y por la lucha por los recursos. Otra teoría apunta a que se mezclaron ambas especies y los genes de los invasores fagocitaron rápidamente a los de los neandertales.
El descubrimiento hecho con el ADN por los paleoantropólogos estadounidenses nos demostraría que, en contra de lo que hasta ahora se creía, los cruces entre ambas especies no eran estériles, que tuvieron descendencia, lo cual quiere decir que los neandertales se mezclaron con el homo sapiens, de manera que son nuestros tatarabuelos lo mismo que el hombre de Cromañón. Si no nos engaña la biología molecular, todos nosotros llevamos un tanto de sangre neandertal.
¿Cómo distinguir a un neandertal por la calle? Muy fácil: el conductor que no pare en los pasos de cebra tiene una buena cantidad de genes neandertalenses.
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