El dichoso volcán islandés no deja de escupir nubes de ceniza. Estos días pasados, el nublo volcánico se vino para el norte de España dejando fuera de combate los aeropuertos desde Galicia a Cataluña.
El PP ya sabe quién es el culpable de la nube de ceniza sobre España: el presidente del Gobierno, Zapatero, que no se trasladó inmediatamente al norte con todo su gabinete para alejar la nube soplando al unísono. En el próximo pleno parlamentario, Rajoy, con su voz de gaita destemplada, reprochará duramente a Zapatero su omisión, respaldado por sus dos vestales, Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal, que ayer mismo declaró a la prensa que la situación en España se normalizará cuando Zapatero se vaya a casa. Me recordó aquel monótono y destemplado “Váyase, señor González”, que Aznar espetaba a Felipe González en cualquier ocasión.
Seguro que con el PP, el volcán islandés no habría entrado en erupcion y, por lo tanto, no habría habido nube de cenizas sobre toda Europa. De la misma manera, Rajoy, el héroe pepero, va a solucionar los problemas socioeconómicos y laborales agravados por la crisis. Lo mismo que el superman de la derecha hubiese apagado el volcán de un soplido, con un movimiento de su mano desaparecerá el paro en España. Si Rajoy fracasa, él y sus vestales lo tienen claro: ha sido la herencia socialista.
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