¿Qué está pasando en el mundo occidental? Hoy de lo único que se habla es de la Economía. La mayoría de los ciudadanos occidentales no entienden las noticias económicas, que son las que ocupan el primer lugar en telediarios, noticias y editoriales. Cuando se habla del Fondo Monetario Internacional (FMI) muy pocos saben para qué sirve este organismo. Como, en relación con lo anterior, muy poca gente comprende lo que sería una reforma del sector crediticio ni tampoco está informada de cómo funcionan los bancos, especialmente a nivel internacional. E n lo que se fija el ciudadano es en la cifra de parados y tiembla pensando que tal vez mañana le toque a él. No digamos de las bolsas. Muy pocos comprenden la trascendencia de las bajadas o subidas bursátiles. Una cierta idea la tienen naturalmente aquellos que han invertido sus ahorros en acciones.
La Economía es una ciencia que debiera estar al servicio de los ciudadanos, pero por una perversión del sistema resulta que somos los ciudadanos los que estamos a merced de la Economía. Grecia no ha derrochado el dinero, los griegos no han vivido por encima de sus posibilidades como tampoco los españoles. Lo único que han procurado el anterior gobierno conservador y el actual socialista es que los griegos vivan una vida digna, sin privaciones y sin humillaciones. Pero ahí está la Economía parta decirle a Grecia que se ha pasado y ahora el país necesita ayuda económica exterior, endeudarse, para no caer en la miseria. Está muy bien hablar de ahorro (que es necesario, principalmente por parte de la Administración) y está muy bien educar a los ciudadanos para que no tiren el euro por la ventana, pero me echo a temblar cuando se habla de recortes o de subidas de impuestos, que siempre afectan casi de lleno a los menos privilegiados. También son muy aleatorias las medidas de ahorro en la Administración. Dada la complejidad de nuestro mundo, –ya lo vemos con la Economía-un ministro no puede trabajar sin un secretario de Estado, un secretario de Estado necesita a un director general y éste, a su vez, precisa de colaboradores. Los ahorros en la administración afectarán a los “pobres diablos” de abajo. Uno solo tendrá que hacer el trabajo de dos o tres colaboradores, que en el marco de los recortes habrán sido enviados a casa. En el caso de los funcionarios “cara al público”, los hay de una arrogancia e ineficiencia que indignan. Personalmente soy de la opinión que se introduzca en España el sistema alemán: remuneración según rendimiento. El funcionario (funcionaria) que se pasa media ahora charlando con una compañera o un compañero, mientras la cola ya sale hasta la calle, está demostrando que no merece o no necesita ese puesto de trabajo. Ahí se puede ahorrar o sustituir a los inactivos (inactivas) por otros más amantes del trabajo, más solícitos con el público y mas eficientes.
La Economía. No nos va a quedar otro remedio que estudiar Ciencias Económicas. Según como van las cosas, parece que ahora quien manda, más que los gobiernos, son las cifras, las estadísticas, los volúmenes de deudas, la cuantía de los créditos: es decir, ese sistema envolvente y absorbente que es lo económico.
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