En cualquier ciudad europea con inmigrantes africanos se produce en cualquier momento el bárbaro rito de la ablación del clítoris de las niñas de países africanos. Sólo en muy pocas ocasiones, las autoridades tienen conocimiento de esta cruel costumbre de mutilar a las niñas.
Los africanos justifican esta violencia contra las menores con el argumento de que las mujeres con clítoris no hallan esposo. Cercenar el clítoris es la garantía de que la mujer, al no sentir placer sexual, la va a ser fiel a su marido. Esta costumbre choca con las legislaciones europeas, incluidas las leyes españolas, y es punible si las niñas denunciasen a sus abuelas y padres, autores de la barbaridad. Pero en la gran mayoría de los casos, las menores no denuncian; es más, están conformes con la tortura por responder a la tradición y porque sería una vergüenza social conservar el clítoris. Otras tienen miedo a las represalias por parte del clan.
Sería conveniente que los respectivos ministerios prestarán más atención a estos casos incivilizados y tomaran las oportunas medidas de concienciación de las menores africanas, por ejemplo, en las escuelas y en grupos de psicología infantil. Las asociaciones de mujeres también tendrían que velar más por que se respete la integridad física de las niñas africanas.
A los padres de las menores maltratadas hay que decirles con toda claridad que o respetan las leyes del país de residencia o serán inmediatamente expulsados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario