Lo dijo el portavoz del PP en el Senado, Pío García –Escudero dirigiéndose al presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero: “Dimita y convoque elecciones anticipadas”. ¿Qué pensará el jefe de la oposición, Mariano Rajoy? Hay que suponer que estará conforme con las palabras de Escudero, que no las habrá dicho, en una tumultuosa sesión del Senato, el martes, sin la anuencia de Rajoy.
Pero la procesión irá por dentro del líder del PP. ¿Qué, si efectivamente dimitiese Zapatero y se fuese a elecciones anrticipadas? Y ¿qué pasaría si el PP, lo cual es muy verosímil, ganara los comicios? Lo más seguro es que Rajoy mantuviese las medidas adoptadas por Zapatero, aduciendo siempre lo de “la herencia socialista” y que añadiese alguna más que afectaría principalmente a la clase media. De todos los fracasos que sin duda cosecharía un gobierno Rajoy, tendrían, por supuesto, la culpa los socialistas “que han arruinado a una nación próspera como era España”. Que en Alemania, en Francia o en Inglaterra se están adoptando medidas similares a las de Zapatero, eso se lo calla el PP. Para el PP y su artillería mediática solamente existe Zapatero y el PSOE, los malvados socialistas que han conseguido llevar a la pobreza a un “país rico”, “que vivía holgadamente en su bienestar” hasta que llegaron ellos, “los sociatas”. Como todos los europeos, ¿no vivirían los iberos por encima de sus posibilidades?
Rajoy tal vez introduzca un cambio muy social en los planes de Zapatero. No subirá los impuestos a los ricos, que generan “puestos de trabajo”. ¿Dónde? La Iglesia católica podrá seguir tranquila. Tampoco Rajoy cargará con impuestos su patrimonio y, se entiende naturalmente, no pensará en retirarle su millonaria subvención estatal anual.
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