José Luís Rodríguez Zapatero no se halla en una situación envidiable. Teniendo que soportar durante dos legislaturas el fuego graneado de una oposición obsesionada por el poder, ahora abren fuego contra él desde el flanco que él, el socialista, miraba como amigo: los sindicatos.
Las caras largas de los dirigentes de UGT y CC OO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, al término de su reunión ayer con el presidente del Gobierno, indicaban claramente una profunda disensión de las centrales sindicales con las medidas de austeridad de Zapatero, retrasadas en lo posible hasta la intervención de la Unión Europea. Sonaron las palabras movilizaciones e incluso huelga general. Las centrales sindicales tendrían que mostrar más comprensión. Las medidas de ahorro las hace necesaria la nada halagüeña situación de la economía española. Nada necesita ahora España menos que una huelga general para dar al traste con las pequeñas mejoras económicas que se están registrando en el país. Los sindicatos deberían dar muestras de sensatez ante una situación que aprieta el cuello del líder socialista. Bastante tiene ya el presidente del Gobierno con tener que soportar la insolencia de Rajoy y sus dos sacerdotisas de la demagogia, Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores Cospedal. El PP ha descubierto de pronto su vena social y quiere dar lecciones de solidaridad con las clases más deprimidas, al PSOE. Con su actitud, los líderes sindicales Méndez y Fernández Toxo se colocan al lado del PP para disparar contra Zapatero o le disparan desde la otra orilla, la izquierda, la orilla de Zapatero.
UGT y CC OO pueden exigir al Gobierno, tienen que exigirlo, que de las medidas de austeridad no se escape nadie y mucho menos los ricos, entre los que se encuentra la “humilde” Iglesia nacionalcatólica española. Hasta ahora ha habido un buen entendimiento entre las centrales sindicales y Zapatero. ¿Por qué verle ahora como el adversario? ¿No ven los compañeros Méndez y Fernández Toxo que Zapatero está atenazado por la derecha y por su poderoso ejército mediático, en el que se encuentra en primera fila la potente máquina de la mentira y la demagogia de las ondas episcopales, y por los propios obispos, aliados del PP? Si los sindicatos, con su magro índice de afiliación, creen que con un gobierno del PP arrancarían más concesiones para los trabajadores, están equivocados. UGT y CC OO pueden hacer mucho ahora por la estabilidad política y económica de España ayudando a Zapatero, explicando a los afectados lo necesario para todos del plan de austeridad. El presidente del Gobierno socialista lo tiene francamente crudo.
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