Existen varias explicaciones muy doctas de este dicho castellano, que en resumidas cuentas significa creer en lo que cree otro, sin cuestionarse la veracidad de aquello en que cree esa otra persona.
Todas las explicaciones coinciden en hablar de un carbonero, que sólo amaba su oficio y no quería que le hicieran un lío con preguntas teológicas o religiosas. Cuando le preguntaban en qué creía, contestaba: “En lo que cree la Santa Iglesia católica romana”. Al parecer el dicho se remonta a los tiempos de la Inquisición.
“El parto de los montes”
Cuando se espera algo grande, importante y efectivo, y lo que resulta es algo ridículo, insignificante. El dicho procede de un refrán latino del escritor Horacio (“parieron los montes y sólo salió un ratón”).
“Las verdades de Perogrullo”.
También se llaman perogrulladas. Se dice de cosas archisabidas, que se entienden por sí mismas. Los eruditos citan a un Pero Grullo como testigo de escrituras en 1213.
“La ley del embudo”.
Lo ancho para mí, lo estrecho para ti. Ley o norma arbitraria favorable para quien la dicta y perjudicial para quien la ha de cumplir.
“Y si habla mal de España es español”
Los españoles solemos criticar a nuestro país, entre nosotros, porque, en el fondo, deseamos que sea el mejor de todos. Pero no toleramos, nos ponemos furiosos, si un extranjero critica a España.
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