jueves, 22 de abril de 2010

Los prejuicios

En Europa, el prototipo de la tacañería son los escoceses. Corren infinidad de chistes al respecto. En España tenemos a nuestros propios escoceses: los catalanes. Innumerables chistes acerca de lo “agarrados” que son los catalanes circulan por toda España, no siempre con las mejores intenciones. En los chistes anticatalanes hay mucho de agresividad u hostilidad, pero también envidia, frente a Cataluña. Hay mucho de expresión del nacionalismo centralista castellano en la acusación de roñosos que se hace a los catalanes. Conozco bien a Cataluña y puedo asegurarles que siempre he sido tratado con suma generosidad, aunque no hablo el catalán. Como en todas partes, puede que entre los catalanes haya “gente del puño cerrado”, pero ¿dónde no hay tacaños y avaros? La mayoría de la sociedad catalana se distingue muy poco de la sociedad en otras regiones españolas. Eso sí, los catalanes pueden tener un buen sentido para manejar el dinero. No son manirrotos y saben ahorrar (naturalmente, no todos; no hay cosa más arriesgada que las generalizaciones). Hay un dicho que dice mucho del carácter catalán, que espero no se haya perdido: “Los catalanes de las piedras hacen panes”.

Parece que necesitamos los prejuicios para apuntalar nuestra autoestima, crecernos a costa de otros. En las costas mediterráneas los madrileños están considerados como los “guiris” nacionales, que son ruidosos y no saben conducir. Albacete está mejorando su imagen en el resto de España.- Antes, cada vez que aparecía en escena un cateto tenía que ser de Albacete. Además se hacían rimas obscenas o de mal gusto con la palabra Albacete. Hoy esta localidad es una pequeña “gran ciudad”, con todas las comodidades y un considerable desarrollo industrial. En Albacete se construye el helicóptero europeo, el Eurocopter, y la Escuela de Pilotos de Elite de la OTAN se halla asimismo ubicada en Albacete. Se trata de una ciudad cosmopolita, con los mismos problemas de integración que las demás ciudades españolas.

Otras víctimas de nuestros propios complejos son los habitantes de Lepe. Odio los chistes de leperos. En todas partes cuecen habas y seguro que en todo el territorio nacional los hay tontos y listos. Los que cuentan chistes de Lepe están en un grado muy bajo de mi estima.

En fin, en cuanto a los prejuicios habrá que decir: “Quien esté libre de culpa, que tire la primera piedra”.

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