viernes, 16 de abril de 2010

?Oprobio?

?Oprobio?



Leo hoy la opinión del lector de un periódico de que el hecho de que un juez tenga que sentarse en el banquillo de los acusados es un oprobio que le inhabilita para ejercer la carrera de juez. El lector se refiere al caso Garzón.

Disiento de esa opinión. Por que el juez Garzón ocupe el banquillo, no pierde su prestigio como uno de los jueces más eficaces de nuestra democracia. Por supuesto que el juez Garzón tiene, como todo el mundo, sus defectos, siendo quizá el mayor su afán de notoriedad. Su eficacia, sin embargo, también ha despertado envidias y le ha granjeado enemigos en su carrera. Si Garzón es condenado y expulsado de la carrera judicial, muchos le recordaremos por sus éxitos en la lucha contra el terrorismo y contra la corrupción. No será una vergüenza para Baltasar Garzón, sino para quienes le condenen en las circunstancias conocidas. Me refiero a la acusación contra Garzón por pretender que se investiguen los crímenes del franquismo y por el preocupante hecho de que el TS hubiese aceptado la querella presentada contra el juez por un grupo marginal de ultraderecha. ¿Grupo marginal?

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