En los últimos tiempos circulan por la red cartas y mensajes qie afirman que España (con Zapatero) se encuentra en la misma situación que en 1936. Las misivas de estos ignorantes fachas se suman a la estrategia del PP para hacerse con el poder antes de acabar esta legislatura. Otra maniobra desde la extrema derecha cobijada en el PP es el juicio contra el juez Baltasar Garzón, a quien el Supremo podría condenar por prevaricación, por querer hacer el juicio contra el franquismo (lo cual puede conllevar la expulsión del juez Garzón de la carrera judicial). El juicio ha sido fruto de la querella de dos grupúsculos marginales fascistas (Fuerza Nueva y Falange Española y de las JONS), movidos como las marionetas por la ultraderecha , que todo o casi todo el mundo sabe dónde se ubicua.
La España de hoy no es la de 1936. Para empezar no se divisan tres generales traidores, Franco, Mola y Queipo de Llano. No se pueden negar los errores que está cometiendo Zapatero (PSOE) y la inseguridad que está demostrando al frente del Gobierno en estos difíciles tiempos de crisis. Pero el ansia de poder del PP es insaciable. El huero y débil jefe de la oposición, Rajoy, que concibe la oposición como ariete para derribar al Gobierno cueste lo que cueste, obviando los intereses suprapartidistas de la Nación, debería tener paciencia y ser estadista. Pero está muy nervioso por el gran escándalo de corrupción Gürtel, que afecta al PP que rige en varias autonomías. Rajoy y su PP están creando cortinas de humo como el caso Garzón.
Seguramente, el PP ganará las próxima elecciones. Casi más de la mitad de los votantes españoles favorece al partido de las gaviotas. A los apolíticos y los abstencionistas cabe decirles que ellos también ayudan al PP. Ya veremos los milagros de Rajoy y de su Corte si llegan a dirigir a la Nación. Pero entretanto, calma señores peperos, calma.
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