jueves, 23 de febrero de 2012

Pincelada: Flatulencias



Creo que alguna vez he comentado en este blog mi afición a brujulear por internet. Especialmente los fines de semana, suelo dedicarme a esa barata actividad que no hace daño a nadie.

A la búsqueda de un medicamento natural contra las digestiones pesadas, encontré casualmente un sesudo artículo sobre el meteorismo crónico, escrito por un tal Dr. Luigi Accatino Locatelli, miembro del Departamento de Gastroenterología de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Aunque el trabajo es de investigación, contiene algunos pasajes muy chuscos que reproduzco a continuación y que estoy segura que conseguirán divertirles o, al menos, hacerles sonreír un ratito en estos tiempos tan negros que corren:

“Meteorismo Crónico: Manejo Práctico
Dr. Luigi Accatino.


El paciente con meteorismo crónico es aquel que presenta dificultades con el gas intestinal. Desde la boca hasta el extremo anal, se pueden encontrar tres formas de presentación: eructación excesiva; distensión abdominal; y eliminación de gases por vía rectal en forma de pedos o ventosidades muy frecuentes, voluminosos o malolientes……..

Eructación excesiva
Eructar ocasionalmente es normal; en algunas culturas incluso representa un signo de satisfacción, de buena educación. Los componentes principales del eructo son nitrógeno y oxígeno (aire); al contrario de lo que creen los pacientes, quienes piensan que es gas generado en el estómago, es aire que es deglutido durante la alimentación, junto con la saliva…….

Eliminación de gas rectal
Puede ser motivo de consulta en dos circunstancias: ventosidades rectales frecuentes, voluminosas o excesivamente malolientes. Estos dos tipos de síntomas se deben interpretar por separado, porque los gases que contribuyen al volumen de las ventosidades rectales se generan en el colon, particularmente hidrógeno, amonio y dióxido de carbono, o provienen del aire deglutido (nitrógeno y anhídrido carbónico), gases que constituyen prácticamente 100% del volumen y no tienen un olor particular……….

Ventosidades rectales malolientes
Los causantes del mal olor no son los gases que conforman el mayor volumen del gas rectal sino que son cantidades traza de los gases sulfatados metanetión, ácido sulfhídrico, dimetilsulfuro y trimetilsulfuro, que contienen azufre. Estas sustancias provienen de alimentos que contienen sulfatos y cisteína, y, endógenamente, del mucus que se produce en todo el intestino y de las sales biliares conjugadas con taurina que llegan a zonas donde existe flora bacteriana…….

Antonio Solaz, destacado académico de Valencia, España, contribuyó a la semiología de este problema con una clasificación de los gases, según su sonoridad, como sigue:

Ruidoso o típico: asombra, pero no asusta.

Esforzado: exige un poco de esfuerzo, pero su resultado es incierto, porque puede caer en la categoría de acompañado.

Transeúnte: va al compás de cada paso. Hay personas que, después de muy penoso y largo entrenamiento, incluso logran generar notas musicales.

Silenciosos o bufas: los hay troceados, en que hay un esfuerzo de la persona por su aroma, silencioso y mortal. Son indicados para disolver reuniones.

Perfa: la bufa menos intensa, con olores reconocibles, como a ajo.

Calefa: con olores químicos, fermentados, lácteos, ácidos, dulzones.

Con acompañamiento: están los volcánicos, los con bragas y los burbujeantes.”

Hasta aquí el trabajo del Dr. Accatino.

El científico consiguió despertar mi curiosidad respecto al citado “destacado académico de Valencia”, el señor Antonio Solaz. Sobre todo me interesaba conocer el nombre de la obra que contenía la curiosa especificación sobre el meteorismo, los gases o como quieran ustedes llamar a las flatulencias o ventosidades rectales vulgarmente conocidas como “pedos”, que menciona la eminencia chilena en gastroenterología, Dr. Accatino.

No me fue fácil, pero por fin di con el opúsculo en cuestión (Elogios al buen cagar: De la mierda y sus derivados: obra útil a naturales y forasteros) y, de paso, con un corto currículum de don Rafael Solaz Albert, que ni se llama Antonio ni tampoco es académico. Se trata de un escritor y bibliógrafo valenciano (tiene una colección de más de 10.000 volúmenes de libros antiguos, algunos de ellos auténticas joyas) de reconocido prestigio en toda la Comunidad Valenciana.

En su obra “Elogios al buen cagar……” Rafael Solaz menciona, entre otras cosas, cómo San Agustín da cuenta en su obra “La ciudad de Dios” (el título original en latín es De civitate Dei contra paganos) de un hombre que había adquirido una habilidad extraordinaria en el arte de soltar ventosidades. Una circunstancia que se repetiría, según el mismo Solaz, “en la Valencia de los años 70, donde un jovial mozo llegó a ofrecer en un pub un concierto de pedos”.

Nada comparable con el arte del pedómano marsellés Joseph Pujol, alias “Le Pétomane” (1857 - 1945), “famoso por su singular habilidad para controlar sus músculos abdominales lo que le permitía soltar gases a su voluntad. De esta forma realizaba números como tocar Au clair de la lune con un flautín o apagar luces sobre el escenario” (Wikipedia).

Al parecer, este curioso personaje era capaz de modular las ventosidades de tal forma que conseguía incluso interpretar con su singular técnica el himno francés “La Marsellesa” de forma reconocible. Según dicen, Joseph Pujol llegó incluso a actuar para un selecto círculo de la Alta Sociedad, nobles y reyes incluidos.
Margarita Rey

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