La triste noticia sobre el fallecimiento de Antoni Tàpies, el último creador catalán de arte abstracto del siglo XX que quedaba en vida tras la muerte de Dalí y Miró y el único artista español que pudo ver en persona sus obras colgadas de las paredes del Museo de Arte Moderno de Nueva York (Moma), de la Tate Gallery de Londres y del Centro Pompidou de París, me sorprendía justo en el momento que estaba hablando con mi pareja sobre la visita este próximo viernes de la exposición de este gran pintor “Duales, Tàpies frente a Tàpies” en el MACA (Museo de Arte Contemporáneo de Alicante). Una “mostra” que se inauguró el pasado 26 de enero y que se podrá visitar gratuitamente hasta el 15 de abril.
No voy a entrar aquí en detalles biográficos en general ni tampoco sobre el currículum de Tàpìes en particular, ya que todo ello se puede leer en la tía Wikipedia. Además, hay cientos de artículos escritos por críticos muy entendidos, que también se han publicado en internet, que dan una idea muy amplia sobre la vida y el trabajo de este gran humanista que fue don Antoni.
Lo único que me gustaría comentarles sobre este pintor, escultor y también escritor nacido en Barcelona en 1923 es que perteneció a la burguesía catalana y que estudió cuatro años de Derecho (su padre era un reconocido abogado y quería que siguiese sus pasos). Fue autodidacta y descubrió su auténtica vocación por aburrimiento, durante los tres años que tuvo que permanecer forzosamente en un sanatorio para curar una tuberculosis. Allí la pintura, la música clásica y los grandes pensadores alemanes llenaron sus largos momentos de ocio y le llevaron al convencimiento de que el ejercicio de la Jurisprudencia no era su auténtica vocación.
Agnóstico, fascinado por las filosofías orientales, catalanista hasta la médula y filántropo vocacional (su regalo a Cataluña fue la Fundación Antoni Tápies), esta gran personalidad, referencia del arte contemporáneo que ya había recibido el reconocimiento mundial, fue ninguneada en España durante el franquismo porque ni su mentalidad ni su obra vanguardista correspondían a la pacata mentalidad de la época. Tampoco su posicionamiento ético, social y político encajaban demasiado bien con la estrechez de miras y la hipocresía que reinaban en la sociedad de por aquel entonces.
En lugar de extenderme mucho más, prefiero terminar aquí con las sentidas palabras de Rosa Mª Castells González, Conservadora de las Colecciones Municipales y del MACA y Comisaria de exposiciones de Alicante, con las que anteayeer quiso rendir homenaje al genio:
“El Maca, Museo de Arte Contemporáneo de Alicante muestra desde el día 26 de enero una escogida selección de obras del artista universal Antoni Tàpies. Una exposición que se inauguró hace apenas una semana. Durante el tiempo en el que hemos estado preparándola, hemos mirado y vuelto a mirar la obra del maestro. Hemos discutido sobre su concepción del arte, hemos disfrutado con la intensidad de sus pinturas y hemos aprendido todo el arte contemporáneo. Pero es más, hemos descubierto en su obra el arte universal de todos los tiempos, un arte que subyace en la obra de los más grandes, como fue Antoni Tàpies, impregnando de verdad a las obras verdaderas, sean del tiempo que sean.
Tàpies es indudablemente uno de los artistas más importantes de la historia artística del siglo XX y uno de los representantes más genuinos de la abstracción matérica: la textura, la incorporación de elementos variados, la liberación de la representación, el collage de objetos humildes que cobran vida y significado… Tàpies abrió todos los caminos de la textura y de la expresión por medio de la materia. En sus obras descubrimos símbolos que adquieren múltiples significados y entre letras y números sobresalen siempre sus cruces. La cruz es un símbolo universal que conecta el cuerpo con las profundidades del espíritu, es el mensaje del silencio, de la poética, de esas huellas secretas e invisibles pero es también su manera de permanecer en todas y cada una de sus pinturas.
Tàpies siempre estará más vivo que nunca entre nosotros pues no cabe duda que la energía universal de la que se impregnaban sus obras, crece en materia y espíritu, tal y como el mismo declaró recientemente. La esencia de Tàpies que siempre perdurará en nuestro recuerdo y en sus obras… “
Hasta aquí Rosa Mª Castells González.
Ayer, los catalanes se acercaron masivamente a la Fundación Tápies (una Fundación, por lo demás, con una excelente página web que ustedes pueden consultar bajo http://www.fundaciotapies.org si les interesa conocer más detalles sobre la vida y la obra de Antoni Tàpies) para honrar a esta gran figura universal del arte contemporáneo y dejar sus sinceros mensajes de pésame en el libro de visitas, ya que la familia había querido celebrar el sepelio en la más estricta intimidad.
Margarita Rey
No voy a entrar aquí en detalles biográficos en general ni tampoco sobre el currículum de Tàpìes en particular, ya que todo ello se puede leer en la tía Wikipedia. Además, hay cientos de artículos escritos por críticos muy entendidos, que también se han publicado en internet, que dan una idea muy amplia sobre la vida y el trabajo de este gran humanista que fue don Antoni.
Lo único que me gustaría comentarles sobre este pintor, escultor y también escritor nacido en Barcelona en 1923 es que perteneció a la burguesía catalana y que estudió cuatro años de Derecho (su padre era un reconocido abogado y quería que siguiese sus pasos). Fue autodidacta y descubrió su auténtica vocación por aburrimiento, durante los tres años que tuvo que permanecer forzosamente en un sanatorio para curar una tuberculosis. Allí la pintura, la música clásica y los grandes pensadores alemanes llenaron sus largos momentos de ocio y le llevaron al convencimiento de que el ejercicio de la Jurisprudencia no era su auténtica vocación.
Agnóstico, fascinado por las filosofías orientales, catalanista hasta la médula y filántropo vocacional (su regalo a Cataluña fue la Fundación Antoni Tápies), esta gran personalidad, referencia del arte contemporáneo que ya había recibido el reconocimiento mundial, fue ninguneada en España durante el franquismo porque ni su mentalidad ni su obra vanguardista correspondían a la pacata mentalidad de la época. Tampoco su posicionamiento ético, social y político encajaban demasiado bien con la estrechez de miras y la hipocresía que reinaban en la sociedad de por aquel entonces.
En lugar de extenderme mucho más, prefiero terminar aquí con las sentidas palabras de Rosa Mª Castells González, Conservadora de las Colecciones Municipales y del MACA y Comisaria de exposiciones de Alicante, con las que anteayeer quiso rendir homenaje al genio:
“El Maca, Museo de Arte Contemporáneo de Alicante muestra desde el día 26 de enero una escogida selección de obras del artista universal Antoni Tàpies. Una exposición que se inauguró hace apenas una semana. Durante el tiempo en el que hemos estado preparándola, hemos mirado y vuelto a mirar la obra del maestro. Hemos discutido sobre su concepción del arte, hemos disfrutado con la intensidad de sus pinturas y hemos aprendido todo el arte contemporáneo. Pero es más, hemos descubierto en su obra el arte universal de todos los tiempos, un arte que subyace en la obra de los más grandes, como fue Antoni Tàpies, impregnando de verdad a las obras verdaderas, sean del tiempo que sean.
Tàpies es indudablemente uno de los artistas más importantes de la historia artística del siglo XX y uno de los representantes más genuinos de la abstracción matérica: la textura, la incorporación de elementos variados, la liberación de la representación, el collage de objetos humildes que cobran vida y significado… Tàpies abrió todos los caminos de la textura y de la expresión por medio de la materia. En sus obras descubrimos símbolos que adquieren múltiples significados y entre letras y números sobresalen siempre sus cruces. La cruz es un símbolo universal que conecta el cuerpo con las profundidades del espíritu, es el mensaje del silencio, de la poética, de esas huellas secretas e invisibles pero es también su manera de permanecer en todas y cada una de sus pinturas.
Tàpies siempre estará más vivo que nunca entre nosotros pues no cabe duda que la energía universal de la que se impregnaban sus obras, crece en materia y espíritu, tal y como el mismo declaró recientemente. La esencia de Tàpies que siempre perdurará en nuestro recuerdo y en sus obras… “
Hasta aquí Rosa Mª Castells González.
Ayer, los catalanes se acercaron masivamente a la Fundación Tápies (una Fundación, por lo demás, con una excelente página web que ustedes pueden consultar bajo http://www.fundaciotapies.org si les interesa conocer más detalles sobre la vida y la obra de Antoni Tàpies) para honrar a esta gran figura universal del arte contemporáneo y dejar sus sinceros mensajes de pésame en el libro de visitas, ya que la familia había querido celebrar el sepelio en la más estricta intimidad.
Margarita Rey
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