El periódico "La Verdad" publicó el pasado sábado el siguiente editorial:
"Desfachatez
Ayer se celebró la vista oral por el despido de la ex directora general de la CAM, María Dolores Amorós, cesada sin derecho a indemnización por los administradores del Banco de España tras asumir el control de la caja a finales de julio de 2011 por, entre otros motivos, falsear supuestamente la contabilidad de la entidad y adjudicarse una pensión vitalicia de 369.497 euros. Quien consumó la ruina de aquella caja solicita ahora la nulidad de su despido y diez millones de euros de indemnización. Fue Ortega quien dijo que, aunque no sabía una palabra de Derecho, sí era capaz, cuando llegaba el caso, de quedarse atónito. Y ésta es la posición de la opinión pública que contempla la desfachatez de quien, tras una gestión funesta en una institución que custodiaba el dinero ajeno y después de concederse una pensión desmesurada de por vida, todavía reclama un resarcimiento. La Justicia es ahora la encargada de poner a cada cual en su sitio, pero quizá no sea suficiente dirimir estos pleitos en los juzgados de lo social: muchas de las crisis financieras de este país parecen tener relevancia penal, y quizá la Fiscalía debería empeñarse en esclarecer lo ocurrido en este territorio oscuro de la malversación."
Fuente: La Verdad - Editoriales
"Desfachatez
Ayer se celebró la vista oral por el despido de la ex directora general de la CAM, María Dolores Amorós, cesada sin derecho a indemnización por los administradores del Banco de España tras asumir el control de la caja a finales de julio de 2011 por, entre otros motivos, falsear supuestamente la contabilidad de la entidad y adjudicarse una pensión vitalicia de 369.497 euros. Quien consumó la ruina de aquella caja solicita ahora la nulidad de su despido y diez millones de euros de indemnización. Fue Ortega quien dijo que, aunque no sabía una palabra de Derecho, sí era capaz, cuando llegaba el caso, de quedarse atónito. Y ésta es la posición de la opinión pública que contempla la desfachatez de quien, tras una gestión funesta en una institución que custodiaba el dinero ajeno y después de concederse una pensión desmesurada de por vida, todavía reclama un resarcimiento. La Justicia es ahora la encargada de poner a cada cual en su sitio, pero quizá no sea suficiente dirimir estos pleitos en los juzgados de lo social: muchas de las crisis financieras de este país parecen tener relevancia penal, y quizá la Fiscalía debería empeñarse en esclarecer lo ocurrido en este territorio oscuro de la malversación."
Fuente: La Verdad - Editoriales
No hay comentarios:
Publicar un comentario