jueves, 6 de octubre de 2011

Tema de hoy: Las trabajadoras del sexo





Aumenta la prostitución en los países de la Unión Europea, que al parecer carece de una reglamentación vinculante de este sector laboral. También es llamativo el aumento de las mujeres extranjeras, extra europeas, que practican el sexo remunerado.

En Alemania, las prostitutas pagan impuestos. Por lo demás, están obligadas a pasar revisiones médicas periódicas, recibiendo el correspondiente certificado , sin el cual no pueden ejercer su profesión. Las llamadas trabajadoras del sexo pueden afiliarse al sindicato de servicios públicos. Las prostitutas tienen asignadas zonas deshabitadas en las ciudades, donde pueden exhibirse (aunque algunas no las respetan y pueden ser detenidas por la policía). La profesión la ejercen en hoteles, residencias y apartamentos. Algunas lo hacen en los coches, fuera de la ciudad.

En España, la prostitución es caótica. Hay calles donde las “lumis” y sus clientes campan por el no respeto a los vecinos que se ven obligados a asistir a coitos y otras prácticas al aire libre. Al caminar, los pobres han de sortear numerosos preservativos. Un comisario jefe declaraba que la policía se había marcado como objetivo evitar que la prostitución vaya a más. En efecto, es muy difícil acabar con un problema que tiene mil ramificaciones y en el que concurren las mafias de la prostitución y de la droga.

Especialmente dramática es la situación de las prostitutas extranjeras, atraídas a España por proxenetas de la misma nacionalidad que sus víctimas. Las jóvenes, especialmente sudamericanas, leen en internet que se buscan camareras, empleadas de hotel o asistentas del hogar, todos trabajos bien remunerados. Si la joven contesta, el proxeneta se encarga de todos los trámites para el viaje a España. Cuando llegan las chicas, los proxenetas les retiran los pasaportes y demás documentación y las obligan a prostituirse para pagar los gastos. Para que no se escapen, las amenazan con matar a algún miembro de su familia, cosa de la que es capaz la mafia de la prostitución. Aun así, alguna que otra joven consigue denunciar los hechos a la policía que así puede detener al proxeneta y demás miembros de la mafia. A las jóvenes se les facilitan los ansiados “papeles”, con los que puede residir en España y buscar trabajo más digno.

El colmo son las mafias negras de la prostitución. Para que las jóvenes negras no se escapen ni se chiven a la policía, el proxeneta y demás mafiosos organizan una sesión de vudú en la que pronuncian un maleficio contra las familias de las jóvenes para que éstas no se rebelen. Las negritas viven con el alma en vilo.

Pero, en fin, no todas son prostitutas forzosas. Hay algunas a las que les va la marcha.

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