Tras acalorados debates, en los que Felipe González llegó a amenazar en serio con su dimisión como secretario general del partido, se impuso finalmente la línea del dirigente socialista y en 1979 el PSOE abandonó el marxismo con ideología oficial del partido. Seguía con ello el ejemplo de su gran valedor alemán, el SPD (Partido socialista de Alemania) que había hecho lo mismo en el histórico congreso de Bad Godesberg (1959).
La intención principal era la de distinguirse todavía más del comunismo (Guerra Fría), que incluso llegó a monopolizar a Karl Marx. El SPD se convirtió en un partido de masas (“Volkspartei”, partido popular), en el que tenían cabida todas las capas de la sociedad. Lo mismo hizo el PSOE bajo González, que comprendió que el ambiente político y económico europeo el marxismo era ya anacrónico. Pero por fidelidad a su tradición, el partido socialista español sigue llamándose “obrero”, cuando es tal vez el partido socialista más conservador de Europa. El SPD o el partido socialista francés están más anclados a la izquierda que el español.
Después de la generalmente esperada derrota del PSOE, el partido hará ímprobos esfuerzos por recuperar a su clientela de izquierda, que no cree en su partido. Lamentablemente se castiga al PSOE por los recortes, que han afectado especialmente a las capas bajas de la sociedad. Pero han sido precisamente esos duros recortes los que han evitado que España caiga al precipicio en el que se encuentra la arruinada Grecia. Soraya Sáenz de Santa María debería dar las gracias al infortunado Zapatero.
La intención principal era la de distinguirse todavía más del comunismo (Guerra Fría), que incluso llegó a monopolizar a Karl Marx. El SPD se convirtió en un partido de masas (“Volkspartei”, partido popular), en el que tenían cabida todas las capas de la sociedad. Lo mismo hizo el PSOE bajo González, que comprendió que el ambiente político y económico europeo el marxismo era ya anacrónico. Pero por fidelidad a su tradición, el partido socialista español sigue llamándose “obrero”, cuando es tal vez el partido socialista más conservador de Europa. El SPD o el partido socialista francés están más anclados a la izquierda que el español.
Después de la generalmente esperada derrota del PSOE, el partido hará ímprobos esfuerzos por recuperar a su clientela de izquierda, que no cree en su partido. Lamentablemente se castiga al PSOE por los recortes, que han afectado especialmente a las capas bajas de la sociedad. Pero han sido precisamente esos duros recortes los que han evitado que España caiga al precipicio en el que se encuentra la arruinada Grecia. Soraya Sáenz de Santa María debería dar las gracias al infortunado Zapatero.
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