jueves, 27 de octubre de 2011

Pincelada: Prostitución





Ayer noche escuché en la radio que, según datos de la APRAM (Asociación para la Prevención Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida), el 39% de los españoles han utilizado alguna vez en su vida los servicios de una prostituta, cifra muy superior al 19% de la media europea. Este es uno de los datos recogidos en un estudio que ayer presentaron la secretaria de Estado de Igualdad, Laura Seara, y la presidenta de la Asociación para la Prevención, Rocío Nieto.

Al parecer, el perfil del consumidor ha cambiado. Se trata ahora de hombres entre 18 y 40 años los más proclives a utilizar los servicios de prostitutas, en todas sus variantes (vía pública, aparcamientos, clubes, apartamentos privados).
Todo esto no sería muy llamativo, puesto que la prostitución existe desde que el mundo es mundo. Lo peor, y eso es lo espeluznante, es que las profesionales del sexo más demandadas en nuestro país son cada vez más jóvenes y de rasgos asiáticos. Y si no son de tierna edad, al menos tienen que parecerlo, ya que la mayoría de los hombres que solicitan los servicios de estas pobres mujeres (la mayor parte de ellas víctimas de mafias, a las que han sido vendidas por sus propios padres o parientes cercanos) requieren que su aspecto físico sea el de una niña o, como mucho, el de una adolescente.

Lo más repugnante del caso no es la prostitución en sí, sino la especial exigencia de los clientes de que las prostitutas tengan el cuerpo infantil. Lo cual podría llevar a la conclusión de que estos consumidores de sexo comprado no pueden ser otra cosa que posibles pederastas quienes, al carecer del suficiente poder adquisitivo para trasladarse a paraísos del tercer mundo como Tailandia, viven de manera postiza sus abominables fantasías de mantener relaciones sexuales con niñas. No hay que ser ningún lince para darse cuenta de que esos asquerosos tipos son mayoritariamente voyeurs de páginas de pornografía, al alcance de todos gracias a ese gran negocio que es internet.

Según rocío Nieto, la prostitución “se ha convertido en otro objeto de consumo y los clientes lo ven como tomarse una copa”. A su vez, la secretaria de Estado de Igualdad, Laura Seara, afirmó que, según datos del Consejo de Europa y Naciones Unidas, España encabeza el ranking de países europeos consumidores de prostitución con una tasa que "representa un valor atípico en Europa".

Me cuesta comprender y aceptar cómo es posible que en pleno siglo XXI no se haya conseguido poner coto a todas las lacras a las que nuestra sociedad, supuestamente civilizada, se tiene que enfrentar día a día. La esclavitud sexual de la mujer es una de las peores y, mucho más, si también entra en juego la pederastia, aunque se trate “sólo” de pederastia en potencia.
Margarita Rey

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